Los empresarios del turismo esperan con gran expectativa la llegada de fin de año, por tratarse de la época en la que aspiran a mejorar sus ingresos, cumplir sus presupuestos y ahorrar para los meses difíciles del siguiente año. Esta situación se evidencia en toda la cadena productiva del turismo, las agencias de viajes, los restaurantes, las líneas aéreas, el comercio en general, los taxistas, artesanos, transportadores terrestres, expendios de gasolina, peajes, la economía informal y todos aquellos que tienen que ver con la actividad en ciudades, pueblos y carreteras.Sin lugar a dudas, el turismo le genera un gran valor agregado a la economía nacional y a las regiones cuando el año va a terminar y el nuevo comienza. Especial y alentadora se torna particularmente esta expectativa para este fin de 2002 e inicios de 2003, por múltiples razones, por lo que podríamos decir que el turismo nacional está en ascenso y que nuestra variedad de destinos nacionales serán muy demandados y visitados.En efecto, venimos de un primer semestre con un comportamiento que dejó lamentos y secuelas en el sector. En el período de febrero a mayo, la ocupación hotelera reflejó un dramático descenso por debajo de niveles del 40 por ciento y en muchas regiones del país, incluso, fue inferior al 30. El índice promedio nacional de todo el semestre sólo alcanzó el 39,5 por ciento, similar al del año 99, considerado el peor de la economía y el turismo en las últimas décadas. Sin duda, factores determinantes para esta situación fueron la ruptura del proceso de paz del anterior gobierno con las Farc y la época electoral.A partir del segundo semestre, las expectativas de un nuevo gobierno, crearon un mejor clima de confianza en el país y se empezó a observar una leve mejoría, mes a mes. Las caravanas turísticas lideradas por el señor Presidente de la República, y llevadas a cabo por el Ministerio de Desarrollo y la Fuerza Pública en los meses de octubre y noviembre, generaron excelentes resultados que reactivaron la economía de todas las regiones turísticas y elevó la ocupación hotelera promedio nacional por encima del 70 por ciento y, en algunos casos, en niveles del 90 por ciento e, incluso, del ciento por ciento tal como ocurrió en destinos como Santa Marta, Cartagena, Melgar y Girardot, el Eje Cafetero, San Gil, Villavicencio y Puerto López, en los Llanos Orientales, y Paipa y Villa de Leiva, en Boyacá.El compromiso y credibilidad del gobierno nacional con la estrategia de seguridad en las caravanas turísticas, devolvieron la confianza de los viajeros con los resultados ya comentados, y con una movilización de más de 1.150.000 vehículos y cerca de tres millones y medio de personas que respondieron a la convocatoria, nos hace pronosticar que tendremos una temporada de fin de año exitosa en todo el país, ante los anuncios del gobierno de que garantizará una protección en la mayoría de las vías en el territorio nacional, con un incremento sustancial en el pie de fuerza.Esta confianza ha generado un gran interés que no fue minado aún por los hechos aislados sucedidos recientemente en Santa Marta. Por el contrario, el nivel de reservas allí y en todos los destinos, continúa creciendo. También influye en esta expectativa positiva el hecho que con la devaluación sufrida por el dólar durante el transcurso del año, viajar al exterior se hace más costoso, con contadas excepciones como la de Argentina, pero por otras obvias razones. De cumplirse nuestros pronósticos, la ocupación en la temporada de diciembre y enero en los destinos turísticos se aumentará a niveles muy superiores a los registrados en la de fin del año pasado y generará ingresos adicionales importantes al sector y a la dinámica económica y de generación de empleo en muchas regiones del país pues para atender la gran demanda de huéspedes y de servicios, la hotelería y todos los prestadores de servicios turísticos demandarán en las principales regiones turísticas del país, por lo menos, 10.000 nuevos empleos directos para garantizar una atención óptima a todos sus clientes y cerca de 30.000 indirectos en torno a su actividad. Igual respuesta la tendrán todas las actividades del sector, relacionados con empresas pequeñas y medianas que tendrán una gran oportunidad de desquite. Es decir, el turismo se convierte hoy en un sector generador de esperanza, de ingresos y trabajo para miles de colombianos al acecho de las pocas oportunidades que genera la economía de nuestro país y una gran alternativa de disfrutar este fin de año a nuestra bella Colombia.* Ex Ministro de Desarrollo y actual presidente de Cotelco