Esta semana el congreso aprobó el presupuesto de 2021, uno de los más complejos de los últimos años. En ese paquete están cifradas las esperanzas de la reactivación. Por eso, a la enorme tajada destinada a garantizar el funcionamiento del Estado, esta vez se sumó una partida billonaria de inversión para avanzar en reactivar la economía.

En total, el presupuesto llegó a los 313,9 billones de pesos y la inversión alcanza los 58,5 billones de pesos, una cifra inédita en un presupuesto caracterizado por su inflexibilidad.

Algunos sectores reciben partidas presupuestarias enormes: educación dispondrá de 47,4 billones de pesos, mientras que defensa y policía tendrán una partida de 39,1 billones. Salud y protección social se quedó con 36 billones; trabajo, con 27,2 billones de pesos; hacienda, con 20 billones, y el ramo de inclusión social y reconciliación dispondrá de 16 billones.

El senador Richard Aguilar, uno de los coordinadores ponentes, destacó que lograron aumentar 512.000 millones de pesos para el agro y 100.000 millones más para ciencia y tecnología, entre otros.

Pero el trámite no estuvo exento de polémicas. El senador Roy Barreras y otros parlamentarios que apoyaron el proceso de La Habana denunciaron un “golpe a la paz”, al no acoger una proposición presentada para adicionar 30.000 millones de pesos al presupuesto de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). Al respecto, el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, advirtió sobre la complejidad de aumentar el presupuesto de gasto de la JEP en momentos en que la prioridad está en destinar más plata a la inversión. No obstante, el Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana explicó que eso sí fue posible para otras 66 entidades estatales.

Llama la atención el elevado monto para pagar pensiones en 2021: alrededor de 42,4 billones de pesos. Y sorprende la cantidad de recursos para pagar deuda: 70,52 billones; es decir, casi 22 por ciento del total. En deuda externa se pagarán 23,6 billones y en la doméstica, 46,8 billones. Pero de esta plata, 33 billones de pesos van a pagar intereses.

El Gobierno ha sacado pecho por el monto destinado para invertir, y tiene razón: 58,6 billones de pesos es una cifra histórica. Sin embargo, quizás no sea suficiente para reactivar la economía.

Según el centro de estudios Cedetrabajo, el Gobierno subestima la magnitud de la crisis, pues la caída del PIB estará entre 5,5 y 10 por ciento. Eso podría suscitar una pérdida de ingresos de 61 billones de pesos.

Otra incógnita es la financiación. Hacienda dice que financiarán el presupuesto con 154,3 billones de pesos provenientes de los ingresos corrientes, 124,1 billones de recursos de capital, 14,9 billones de fondos especiales, 2,4 billones de rentas parafiscales y 18,3 billones de establecimientos públicos. Pero el Observatorio de la Javeriana estima un desfinanciamiento de casi 38 billones de pesos en el rubro de recursos de capital, que nadie sabe de dónde saldrán.

El experto en temas legislativos Javier Hoyos Arboleda coincide en la preocupación: resulta improbable conseguir los 12 billones de pesos que esperan por enajenaciones y los 26,1 billones de ‘otros recursos de capital’, una partida muy general que podría convertirse en una variable de ajuste. “No incluirlos implicaría presentar el presupuesto desfinanciado y obligaría de inmediato a presentar una reforma tributaria”. Por eso se pregunta si esa cifra da un indicativo de la magnitud de la reforma tributaria futura.

En un año tan complejo se le abona al Gobierno el esfuerzo por aumentar la inversión y buscar recursos hasta debajo de las piedras. Pero también debe andar con pies de plomo, pues de este presupuesto dependerá, en buena medida, la recuperación de la economía.