Candente. Así está el debate alrededor de la reforma laboral que radicó el gobierno del presidente Gustavo Petro y que ya debe entrar a la agenda de debates y votación para su respectiva aprobación en el Congreso de la República.

Muchos hablan de que la propuesta legislativa solo busca hacer un borrón y cuenta nueva alrededor de leyes que introdujo el gobierno de Álvaro Uribe, lo que ha llevado casi que a ‘satanizar’ las medidas que se establecieron en ese momento, en particular, la contabilización de la jornada nocturna a partir de las 9 de la noche.

Este sábado 27 de mayo, dentro de los recorridos que realiza el Centro Democrático, el expresidente Álvaro Uribe se refirió al tema y salió en defensa de su reforma. Desde Santa Fe de Antioquia, dijo que la reforma laboral de 2002, la que él gestionó, y que, además, “la han maltratado tanto”, es la que ha permitido la empleabilidad en lugares como hoteles, donde se aplica lo que realmente incluyó la medida, que fue dividir la hora del día en tres horarios de 8 horas.

“Con eso, los hoteles pudieron abrir. Hace un siglo eso era muy difícil en Colombia, no había posibilidad de encontrar algo abierto después de las 6 de la tarde”, sostuvo el exmandatario.

Gloria Inés Ramírez, ministra de Trabajo. | Foto: Juan Carlos Sierra

Bueno o malo

Todas las propuestas son buenas o malas, dependiendo desde el ángulo del cual se les mire. Para el expresidente Álvaro Uribe, el hecho de correr la jornada diurna hasta las 9 de la noche, fue la manera de impulsar la economía, a través de una descarga al peso que representa el costo de la nómina en los distintos sectores productivos.

Desde el ángulo del gobierno actual, la reforma actual, que echa reversa y devuelve la jornada laboral diurna hasta las 7 de la noche, con las modificaciones hechas en el trámite de construcción de la ponencia, es una reivindicación de los derechos de los trabajadores a tener una remuneración justa, según los mensajes que emite la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez.

Entre tanto, Uribe sostuvo que, con la suya (su reforma) en ningún momento quitó una sola extra, solo “redujo los recargos, lo que le ayudó -sin lugar a dudas- a hoteles, restaurantes, almacenes y negocios similares, a reactivarse”.

En esos dos ejes ha girado el debate a la reforma laboral que hace trámite en el Congreso de la República. La disyuntiva está en elegir qué es mejor o menos peor: incentivar la generación de nuevos empleos o mejorar las condiciones de los empleados formales que ya tienen -al menos- la oportunidad de estar enganchados en el mercado laboral.

La reforma laboral ha sido construida en debates, reuniones y demás encuentros. | Foto: El País

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