Luego de conocer que el costo de vida en Colombia cedió (inflación anual de abril: 12,82 %, así mismo el costo de los insumos empieza a retroceder, pero lentamente. A nivel internacional, los precios de los fletes marítimos y de los fertilizantes han empezado a decrecer fuertemente, pero esa caída todavía no se transmite a los precios locales en la misma magnitud, así lo anotó el grupo Bancolombia en su informe sobre el panorama sobre el sector floricultor en Colombia.
En la investigación se puntualizó que parte de la explicación sobre caída paulatina de costos de los insumos, se encuentra en el comportamiento que la tasa de cambio tuvo en 2022 que posiblemente encareció los inventarios con que actualmente los comercializadores vienen operando, y habrá que esperar a que hayan rotado con nuevas importaciones.
Del otro lado está el encarecimiento en los materiales de empaque, donde se resalta un aumento del IPP de productos de papel y cartón del 23,5% en marzo de este año (cifra provisional del DANE).
Con un menor precio internacional del petróleo, buena parte de los costos debería continuar a la baja. Las nuevas proyecciones del precio del petróleo apuntan a un retroceso más rápido del esperado, aunque se mantiene el riesgo al alza derivado de situaciones como un posible conflicto entre China y EE. UU. por cuenta de los intereses sobre Taiwán.
El escenario base de las proyecciones plantea una caída hacia los USD70 por barril para finales del próximo año. Esta situación, sumada al comportamiento bajista de fletes marítimos y fertilizantes, debería llevar a que el costo de producción (sin incluir mano de obra) se comporte a la baja hasta el año entrante. La inflación le viene restando a la competitividad ganada vía tasa de cambio.
El abastecimiento de flores en EE. UU. se encuentra bien concentrado en el mercado latinoamericano, con la participación de Colombia (60%) y Ecuador (20%). Así, el hermano país es el principal competidor, con la particularidad de contar con una economía dolarizada, mientras que Colombia viene aprovechando la devaluación del peso como factor de competitividad.
El grupo puntualizó que hay que tener presente que esa ventaja se ha perdido parcialmente en la medida en que Ecuador registra una inflación en 2022 por debajo del 4%, mientras que Colombia se ubica por encima del 13%. Para una industria intensiva en mano de obra formal, este es un factor fundamental para la competitividad.