Pese a que las vías terciarias son el 69 % de las carreteras del país, su calidad deja mucho que desear. Cifras del Foro Económico Mundial indican que Colombia ocupa el puesto 104 entre 141 países en materia de calidad de la infraestructura de transporte terrestre. A eso se suma que las empresas de obras civiles no trabajan en las zonas alejadas de las capitales y allí las carreteras están a cargo de las agrupaciones comunitarias.

De hecho, el presidente de la República, Gustavo Petro, anunció recientemente que esas vías terciarias serán contratadas con las Juntas de Acción Comunal, de la mano de Organizaciones Populares de Vivienda. La idea es facilitar la unión entre las cabeceras municipales y las poblaciones apartadas, lo que potencia el intercambio comercial, fortalece la economía nacional y brinda viviendas seguras a los habitantes.

De otro lado, en materia de vivienda rural, se ha hecho referencia al trabajo con Organizaciones Populares de Vivienda, siendo las comunidades las protagonistas de estas obras. Para tener éxito en esta tarea, es necesario fortalecer las capacidades de las poblaciones involucradas en los proyectos, con criterios que hoy en día son indispensables: sostenibilidad, seguridad y durabilidad.

Agencias de cooperación como USAID (la Agencia de EE. UU. para el Desarrollo Internacional) han desarrollado proyectos como el Programa de Territorios de Oportunidad, mediante el cual viene apoyando proyectos en el país, a través del fortalecimiento de las capacidades de las organizaciones comunitarias de base y la implementación de acciones de desarrollo rural en sus territorios.

Para Manuel Lascarro, director general de la Cámara Colombiana del Cemento y el Concreto – PROCEMCO, “el trabajo comunitario en el sector construcción ha sido histórico en Colombia. Miles de calles de barrios, incluso en las grandes ciudades, han sido construidas mediante organizaciones comunales y ha habido ejemplos importantes, en los que, con un poco de orientación y apoyo técnico, se ha podido no solo mejorar la calidad de estas vías de manera sustancial, sino también, las comunidades han sido partícipes de su propio desarrollo, generando sentido de pertenencia y orgullo. Por ello, es necesario destacar las experiencias exitosas e incorporar un nuevo componente a estas iniciativas: la sostenibilidad”.