El mercado de colchones en Colombia ha atravesado cambios significativos en los últimos años. Tras un crecimiento sostenido de más del 10 % entre 2020 y 2022, disparado por los meses de pandemia, la contracción del 5 % en 2023 marcó un desafío importante para el sector. Factores como la inflación, el aumento del dólar, que han elevado los costos de producción, y el cambio en los hábitos de consumo, han sido de los retos más grandes, obligándolas a ajustar sus estrategias y replantear sus propuestas de valor en un entorno más competitivo y con consumidores cautelosos.

Para mitigar estos efectos y seguir ofreciendo productos de alta calidad que se acomodan a las necesidades y presupuesto de los colombianos, las empresas han optimizado procesos internos, renegociado con proveedores y diversificado sus fuentes de insumos y espacios de venta.

Cada vez son más los consumidores que le dan importancia a invertir en productos que mejoran su bienestar y salud a largo plazo. | Foto: Getty Images/iStockphoto

En cuanto al comportamiento del consumidor, Colchones el Dorado, explica que muchos de ellos buscan invertir en productos que ofrezcan beneficios tangibles para la salud y el descanso a largo plazo, dejando atrás el enfoque exclusivo en el precio. Esto ha impulsado la adopción de tecnologías en las materias primas; un factor que ha comenzado a ser un diferenciador entre la competencia.

Por otro lado, la digitalización también ha ido modificando la forma de venta de este sector. Las ventas online han crecido exponencialmente, con plataformas especializadas que permiten a las empresas llegar a nuevos públicos y reforzar su relación con los clientes. Estrategias como promociones en eventos clave, como el Black Friday, y alianzas para ofrecer planes de financiamiento han sido esenciales para incentivar las decisiones de compra en un contexto de menor poder adquisitivo.

No obstante estos avances, el sector enfrenta retos significativos como la informalidad, donde competidores ofrecen productos sin certificación a precios más bajos, afectando la competitividad de las marcas formalizadas.