El gasto de los hogares colombianos sigue en descenso. En julio de 2024, este fue de $97,1 billones, una cifra inferior a los $101,6 billones del mismo mes en 2023. Según Raddar, firma consultora especializada en el análisis de tendencias de consumo y comportamiento, la caída en términos reales es del 2,04 %, lo que significa que, ajustado por inflación, las familias colombianas están gastando menos que el año pasado. Este ajuste no es nuevo, ya que acumula 21 meses consecutivos, una tendencia que comenzó en noviembre de 2022.
Un dato llamativo es que, aunque la colocación de crédito creció un 10,7% impulsada por un fuerte aumento del crédito hipotecario (27,7%), este incremento no ha sido suficiente para reactivar el consumo. Las familias, aun con mayor acceso al crédito, han optado por ajustar sus gastos, reflejando una mayor cautela en sus decisiones financieras.
El salario mínimo real, a pesar de haber aumentado un 4,88 % en términos de capacidad de compra, no ha logrado mitigar el impacto en los hogares, ya que el salario real por persona ocupada cayó un 3 %. Esto ha hecho que el poder adquisitivo de las familias siga en declive, afectando directamente el consumo diario y la capacidad de cubrir necesidades básicas.
El informe de Raddar también resalta que el gasto per cápita ya está por debajo de los niveles de junio de 2019. Además, se observan diferencias en los patrones de consumo entre ciudades y canastas de gasto. Estos datos, sumados a un contexto de incertidumbre económica, apuntan a que el ajuste en el consumo de los hogares podría prolongarse aún más.