Un reciente estudio, presentado en el 5° Congreso Agroindustrial de la Andi, revela los posibles riesgos que enfrentaría Colombia si se restringiera el uso de tecnologías de síntesis química en la protección de cultivos.
Entre los temas más vulnerables, se encuentran la productividad, los precios e incluso la seguridad alimentaria en el país.
La cámara Procultivos, que lideró este análisis, identificó 16 cultivos estratégicos, como arroz, papa, café, banano y flores, esenciales para la economía y la alimentación. De acuerdo con el estudio, el primero podría registrar pérdidas de hasta un 46 % en producción debido a hongos y malezas, mientras que el banano enfrentaría un decrecimiento del 52 % afectado por insectos y enfermedades.
Este escenario elevaría significativamente los precios: el café, por ejemplo, tendría un aumento del 575 %, impactando tanto a productores como a consumidores finales.
Además, la vulnerabilidad de estos cultivos repercutiría en la economía rural. En el caso del café, una caída en su producción podría generar la pérdida de más de 185.000 empleos directos, agravando la situación de comunidades que dependen de este sector. Cultivos como la palma, las flores y el arroz también figurarían entre los posibles más afectados, aumentando la presión sobre el empleo rural y la estabilidad de las exportaciones agrícolas.
El informe también advierte sobre el eventual impacto en el comercio exterior. Mercados clave como Estados Unidos exigen el cumplimiento de estrictas normativas sobre residuos de plaguicidas, lo que podría limitar la competitividad de las exportaciones colombianas en caso de fallar en estas exigencias.
Ante este panorama, se propone una transición hacia tecnologías sostenibles como bioinsumos y manejo integrado de plagas, una estrategia que buscaría mitigar los riesgos ambientales y económicos, garantizando la protección de los cultivos mientras se fortalece la resiliencia climática y la sostenibilidad a largo plazo.