La inteligencia artificial (IA) se ha convertido en una disciplina en constante crecimiento que busca transformar la manera en que interactuamos con la tecnología y abordamos los desafíos del mundo actual. Esta innovación, impulsada por algoritmos avanzados, técnicas de aprendizaje automático y procesamiento de datos, tiene como objetivo principal emular capacidades intelectuales humanas, incluyendo el razonamiento, el aprendizaje, la percepción y la toma de decisiones.
A pesar de ciertas preocupaciones sobre su posible impacto en el empleo y la sociedad, la IA tiene un propósito fundamental: complementar y potenciar las habilidades humanas. Al liberar a las personas de tareas tediosas y repetitivas, la IA permite a los individuos concentrarse en abordar problemas más complejos y estratégicos.
Según datos de Statista, América Latina se encuentra en la vanguardia de la adopción de la IA a nivel mundial. Un impresionante 42 % de las empresas de la región están explorando todas las posibilidades de esta tecnología, superando la media global. Además, el 37 % de estas empresas ya la utilizan en sus operaciones diarias.
En la carrera por liderar la preparación en IA en la región, destacan países como Chile, Brasil, Uruguay, Argentina, México, Colombia, Perú, Costa Rica, Panamá, Ecuador, Paraguay y, en última instancia, Bolivia. Estos países están forjando alianzas con la innovación tecnológica y se están convirtiendo en centros de excelencia en IA.
A pesar del crecimiento constante en la adopción de IA, América Latina enfrenta desafíos significativos en términos de inversión. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas (CEPAL), mientras que a nivel global se destinaron US $ 190.000 millones en inversión privada para aplicaciones e infraestructura relacionadas con la inteligencia artificial el año pasado, en América Latina, esta cifra apenas llegó a aproximarse a los US $ 8.200 millones.
Este contraste resalta la necesidad de aumentar las inversiones en IA en la región para aprovechar plenamente su potencial. El desarrollo de ecosistemas de innovación, la capacitación de profesionales en IA y la promoción de políticas gubernamentales que fomenten la investigación y el desarrollo tecnológico son pasos clave para acelerar el avance de la IA en América Latina.
Para Cristian Leal, gerente de application management service (AMS) de TIVIT Latam, la inteligencia artificial ofrece a las organizaciones una ventaja competitiva al impulsar la productividad, la eficiencia y la innovación. Esto les permite adaptarse mejor a un entorno empresarial en constante cambio y lograr mejores resultados. “Es importante tener en cuenta que si bien esta herramienta ofrece muchas ventajas, también plantea desafíos éticos y sociales que deben abordarse de manera responsable”, manifestó.
Esta herramienta se está utilizando de cuatro formas dentro de las organizaciones: automatización de tareas, optimización de los procesos, toma de decisiones informada y experiencia del cliente.
En resumen, la inteligencia artificial se presenta como una oportunidad prometedora para América Latina, con un sólido impulso en la adopción y el potencial de transformar la economía y la sociedad. Sin embargo, es esencial abordar los desafíos de inversión y desarrollo tecnológico para garantizar que la región aproveche al máximo esta revolución tecnológica.