Expertos de Davivienda, junto a presidentes de las empresas más grandes del país, dan una visión de múltiples sectores sobre los retos y oportunidades para la economía colombiana, las empresas y las inversiones durante el 2024, por medio del libro ¿Hacia dónde va Colombia?
Destacan que la economía colombiana ha experimentado una notable desaceleración en su tasa de crecimiento, lo que plantea desafíos significativos para el país en los próximos años. Según pronósticos, se estima que el Producto Interno Bruto (PIB) avanzará tan solo un 1.1 % en 2023 y un 1.3% en 2024. Esta desaceleración, aunque preocupante, debe entenderse en el contexto de una economía que aún mantiene niveles elevados en comparación con otros países de América Latina.
En el segundo semestre de 2023, se prevé que factores como la inflación elevada, el alto costo del crédito y las barreras para acceder al mismo continúen restringiendo el consumo de los hogares en Colombia, con un crecimiento estimado del consumo del 1.1 % para todo el año.
Un elemento destacado en la economía colombiana ha sido la política de subsidios para la adquisición de viviendas entre los hogares más pobres y vulnerables, lo que ha generado un crecimiento sin precedentes en el sector de la vivienda de interés social (VIS).
Sin embargo, desde el segundo semestre de 2022, se ha experimentado una constante baja demanda por viviendas, y hasta agosto de 2023, las ventas de VIS muestran una caída del 69 % anual en valor real. La continuidad de estos programas se convierte en un factor clave para revitalizar el sector y fomentar la actividad económica.
De cara a 2024, se anticipa que la inflación podría enfrentar presiones alcistas debido al aumento del salario mínimo, los incrementos en los precios de los combustibles y la indexación de algunos precios a la inflación del año anterior. Sin embargo, el menor crecimiento económico y la reducción en los precios de algunos insumos podrían ejercer presión a la baja en la inflación, incluso dentro del rango meta establecido por el banco central.
En términos de cuentas externas, se proyecta un déficit de cuenta corriente del 3.8 % del PIB (USD 15,411 millones) para 2024, con un déficit de USD 12.656 millones en la cuenta de bienes y servicios.
Según el comunicado, en el ámbito de las inversiones de renta fija local, el año 2023 ha sido positivo, con una rentabilidad del 30 % anual en la deuda pública y corporativa, especialmente en títulos a largo plazo. Para 2024, se espera que estas inversiones continúen comportándose favorablemente, posiblemente respaldadas por la reducción gradual de la tasa de interés del Banco de la República y una mayor liquidez en el sistema financiero debido al aumento en la ejecución del Presupuesto General de la Nación y a cambios en los requisitos de liquidez para los establecimientos de crédito.
No obstante, el mercado de acciones colombianas enfrenta desafíos considerables, ya que se encuentra desconectado del verdadero valor de las compañías. Recientes transacciones corporativas han superado ampliamente las valoraciones previas otorgadas por los inversionistas. La incertidumbre sobre las reformas en curso en el país, los bajos niveles de liquidez en el mercado y las altas tasas de interés son obstáculos importantes que deben ser considerados.
En resumen, Colombia se encuentra en un momento crítico en el que la economía muestra señales de desaceleración, pero aún mantiene niveles relativamente altos en comparación con sus vecinos. La estabilidad económica y el apoyo a sectores clave, como la vivienda, serán fundamentales para promover un crecimiento sostenible en el futuro.
Por otro lado, las perspectivas que tienen a nivel global se orientan en que Estados Unidos ha evitado la recesión económica, pero las preocupaciones persisten, con el Fondo Monetario Internacional pronosticando un crecimiento del 1 % en 2024, tras alcanzar el 1.8 % en 2023. La situación fiscal plantea desafíos y el riesgo de refinanciamiento podría mantener las tasas de interés por encima del 4 % en los bonos del tesoro a 10 años en los próximos 12 meses.
A pesar de esto, las inversiones de renta fija siguen siendo atractivas para los inversionistas. En contraste, Brasil y México experimentan perspectivas más favorables gracias al distanciamiento comercial entre Estados Unidos y China, atrayendo inversión extranjera y fortaleciendo sus relaciones comerciales, lo que impulsa sus ingresos por exportaciones y sus mercados financieros. Mientras tanto, la debilidad económica de China, aunque muestra similitudes con la experiencia de Japón en los años noventa, presenta características únicas que pueden conducir a perspectivas más optimistas para su economía.