A pesar del avance en los pagos digitales, el dinero en efectivo continúa siendo el medio de pago preferido por los hogares colombianos en 2024, superando incluso los niveles observados en 2021, según un estudio de Raddar. El informe destaca que un 85% del gasto de los hogares en junio de este año se realizó en efectivo, reflejando la limitada penetración de productos financieros en muchas regiones del país. Este fenómeno se relaciona con la percepción de seguridad y la aceptación del efectivo, factores clave que también se evidencian a nivel global, donde el 30% de los consumidores aún prefieren este método.
Colombia, junto a México, se mantiene como uno de los países con mayor uso del efectivo en América Latina, a pesar de que en naciones como Brasil y Chile el efectivo también ha mostrado un repunte en su uso. Aunque los datafonos experimentaron un crecimiento del 18% en comparación con 2022, este incremento no ha sido suficiente para desplazar al efectivo como el principal medio de pago, especialmente en sectores como el transporte público y los supermercados. Además, el estudio indica que la desaceleración en el uso de tarjetas refleja una preferencia persistente por el efectivo entre los consumidores.
En términos macroeconómicos, la alta inflación y las políticas monetarias restrictivas del Banco de la República, que han elevado las tasas de interés, también han influido en el comportamiento de los consumidores. La demanda por efectivo ha aumentado en parte por la entrada de remesas y una menor disposición a utilizar crédito en un contexto de altas tasas. Además, la precariedad del mercado laboral ha restringido el acceso a productos financieros, lo que refuerza la necesidad de utilizar efectivo para cubrir gastos esenciales como alimentos y vivienda.
Aunque las billeteras digitales y sistemas de pago en tiempo real han ganado terreno en ciertos segmentos, su adopción sigue siendo lenta. El efectivo sigue dominando, especialmente entre los Centennials y la Generación X, que ven en este método una forma confiable y accesible de gestionar sus finanzas en un entorno económico incierto. La combinación de pagos digitales y en efectivo sigue siendo clave para garantizar la inclusión financiera en Colombia.