Los precios del petróleo dieron vuelta a la tendencia con la que abrieron este viernes, para cerrar con pérdidas, después de que la Cámara de Representantes de EE. UU. y la administración del presidente Joe Biden pausaron las conversaciones para elevar el techo de la deuda del Gobierno, amenazando con un incumplimiento que podría reducir la demanda de energía.

En ese sentido, los futuros del Brent bajaron 28 centavos, o un 0,8 %, a 75,58 dólares el barril, mientras que el crudo de referencia West Texas Intermediate, con vencimiento en julio, cayó 25 centavos, o un 0,3%, a 71,69 dólares.

Mientras que el contrato de crudo estadounidense menos activo para mayo, que vence el lunes, cerró con un descenso de 31 centavos, o un 0,4%, a 71,55 dólares.

Sin embargo, esta semana ambas referencias registraron sus primeras ganancias semanales en un mes, y ambos índices de referencia subieron alrededor del 2 %.

La Casa Blanca anunció este viernes 19 de mayo que se está haciendo un “progreso constante” en las negociaciones para elevar el tope de la deuda estadounidense, mientras el presidente Joe Biden se encuentra en Japón para la cumbre del G7.

Biden “pidió y recibió una actualización esta mañana de su equipo negociador” que le informó “que se está haciendo un progreso constante”, indicó un funcionario del Gobierno, quien agregó que “el presidente orientó a su equipo a seguir buscando un acuerdo bipartidista”.

Estados Unidos deberá alcanzar su tope legal de endeudamiento el 1 de junio, lo que aumenta la posibilidad de que la mayor economía del mundo deje por primera vez de pagar su deuda. La falta de pago en la deuda de 31,8 billones de dólares causaría revuelo en los mercados mundiales si no se alcanza un acuerdo entre demócratas y republicanos, que exigen recortes profundos de gastos para elevar el tope de endeudamiento.

Biden “permanece confiado de que el Congreso hará lo necesario para evitar el default”. Entre tanto, el presidente republicano de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, dijo el jueves que vislumbra “el camino” hacia un acuerdo para evitar el impago, pese a que la derecha extrema de su partido insiste en sus exigencias de recortes del gasto.

Demócratas y republicanos no se ponen de acuerdo sobre este aumento de la capacidad de emisión de deuda de Estados Unidos, a pesar de que es indispensable para que el país honre sus pagos a acreedores, proveedores, pague salarios de los funcionarios públicos y las pensiones.

Subir el límite de la emisión de deuda suele ser un trámite rutinario en el país, que usa este sistema dependiente del Congreso desde hace décadas. Pero esta vez, como viene ocurriendo con más frecuencia, el asunto es objeto de una pulseada política. Estados Unidos superó en enero el límite máximo de emisión de deuda pública, que es de 31,4 billones de dólares, y desde entonces se han aplicado medidas extraordinarias que solo permiten cumplir con las obligaciones por un tiempo.