Se anticipa un aumento en el uso de la IA generativa, liberando a los colaboradores para enfocarse en tareas cognitivas de mayor nivel. McKinsey & Company examinó este fenómeno en su artículo “El lado humano de la IA generativa: creando un camino hacia la productividad”, resaltando descubrimientos clave de una encuesta a más de 12.000 colaboradores de 16 diversas industrias. En este la pregunta central era sobre el aprovechamiento que tienen las organizaciones al momento de hacer que los empleos se centren más en las personas.
Entre sus principales hallazgos se encuentran
- El grupo de la Inteligencia Artificial (IA) de nueva generación va más allá de las funciones técnicas establecidas, tales como los científicos de datos y los ingenieros de software. En total, un 88 % de colaboradores en roles no técnicos emplean IA generativa para tareas rutinarias.
- Estos usuarios valoran la flexibilidad y la interacción interpersonal sobre el salario.
- Con la creciente interacción con la IA, las habilidades cognitivas y socioemocionales se vuelven más relevantes que las tecnológicas.
“La IA generativa tiene el potencial de transformar el lugar de trabajo, pero es importante recordar que la tecnología por sí sola no es suficiente”, dijo Santiago Carbonell, socio de McKinsey & Company. “Para capturar plenamente los beneficios de la IA generativa, las organizaciones necesitan priorizar el lado humano de la ecuación y crear puestos de trabajo que sean satisfactorios, colaborativos y productivos”.
La investigación concluye que, si bien la IA generativa puede mejorar la productividad, es crucial considerar factores humanos. Se sugieren recomendaciones como definir roles entre humanos e IA, redefinir la flexibilidad laboral hacia resultados y fomentar un diálogo abierto para entender las necesidades de los empleados.