Según un sondeo de Fenalco Bogotá, siete de cada 10 comerciantes no se sienten seguros en sus lugares de trabajo. La percepción de inseguridad es más alta en establecimientos de puertas a la calle como restaurantes, salones de belleza o supermercados.
A pesar de que algunos empresarios adoptan medidas más drásticas que implican gastos adicionales, como contratación de personal de seguridad privada o cámaras de seguridad, muchas de ellas conectadas directamente a los sistemas de la Policía, esto “pareciera no ser suficiente y la delincuencia no da tregua”, indicó Juan Esteban Orrego, director del gremio en la región.
Los empresarios han manifestado al gremio que están preocupados porque si bien el comportamiento de las ventas ha estado en aumento, es un hecho que los casos de atracos a mano armada, ataques violentos a ciudadanos y al personal de la fuerza pública, inciden de manera directa en la reactivación, pues desalienta a las personas a salir, genera miedo en la sociedad y las ventas empiezan a caer.
Orrego manifestó que no se deben escatimar esfuerzos para controlar la situación de inseguridad en la ciudad, “es por eso que consideramos viable la propuesta de militarizar zonas de alto riesgo, así como un trabajo conjunto con el sector judicial, para que los capturados sean judicializados y realmente paguen condenas ejemplares, y no como pasa muchas veces, que a las pocas horas de ser detenidos vuelven a las calles a delinquir”.