Una nueva reunión de la mesa de concertación del incremento en el salario mínimo 2024 se llevó a cabo este 7 de diciembre, en el que los temas abordados fueron los relacionados con el empleo, con la más reciente cifra de desocupación presentada por el Dane, y la empleabilidad, que tiene que ver con la capacidad y disposición que tendrían las empresas para generar puestos de trabajo.
Durante la sesión se escucharon varios puntos de vista, pero desde el lado de la CUT (Central Unitaria de Trabajadores) hay un rechazo a la propuesta de Fedesarrollo, según la cual, el aumento del salario mínimo no debería ir más allá del 9,6 %.
Hay que recordar que la cifra definitiva toma en cuenta la inflación proyectada del año, la cual se conocerá este día de las velitas, en su acumulado hasta noviembre. Pero también se requiere contemplar el dato de productividad, que en total fue negativa (-1 %), por lo que el Dane solicitó que se tomara en cuenta solo la productividad que tiene que ver con los trabajadores (productividad laboral).
Al decir de Fabio Arias, presidente de la CUT, “Fedesarrollo es un centro de pensamiento proempresarial”. Por lo tanto, enfatizaron en que rechazan esa cifra y, por el contrario, insistirán en que se debe reactivar la economía con un buen y adecuado incremento salarial.
La mesa de empleo y empleabilidad del proceso de concertación salarial de este año no solo busca generar nuevas rutas de empleo, sino mejorar las que ya se tienen, precisó la ministra del Trabajo, Gloria Inés Ramírez, durante la instalación de la reunión del 7 de diciembre.
“No va a ser una subcomisión solamente de coyuntura, es un ente que debe trabajar mucho y tiene retos grandes en el sistema de educación y formación para el trabajo, pero sobre todo en lo que tiene que ver con el subsistema nacional de cualificaciones, en el que tanto los trabajadores como empresarios han jugado un papel importante y que hoy tenemos elementos que nos van a permitir profundizarlo”, anotó la titular de la cartera laboral.
La idea es que juntos lo podamos hacer, dijo Ramírez Ríos, “porque el impacto de la tecnología como todos lo sabemos, varía en el mundo laboral, y más allá de que sean los drones, la biotecnología, la robótica, tenemos que avanzar no solamente en las protecciones, sino revisar cómo las empresas van a estar preparadas para este salto cualitativo y cómo desde la fuerza laboral, los trabajadores se preparan en lo que es la sustitución por máquinas. Revisar cómo esas tecnologías pueden avanzar en la productividad y protegiendo a quienes se ocupan de ellas”.
La cifra mágica
Se conoció igualmente un análisis de BBVA Research, grupo de investigaciones económicas del banco del mismo nombre, que asegura que el actual es un momento clave para decidir sobre los costos laborales en Colombia no solo para el año entrante, sino para el mediano plazo.
“La decisión que se tome en la mesa tripartita afecta a los trabajadores formales y directa e indirectamente a todos los colombianos. El salario mínimo es la base de la estructura de los costos laborales, de las decisiones de inversión y, por tanto, del crecimiento del país. No podemos equivocarnos”, sostiene Juana Téllez, economista jefe de BBVA Research para Colombia. En su concepto, el aumento del salario mínimo ideal es aquel que promueva el crecimiento, esto es, las decisiones de inversión y consumo, y que no profundice el deterioro esperado de la creación de empleo.
En BBVA Research estiman que el año entrante la creación de empleo nacional va a crecer solo 0,7 % anual comparado con el 3,6 % de 2023 y 4,5 % en 2022. En su concepto, el incremento debe tener en cuenta la reducción de la inflación esperada para 2024 y las ganancias/pérdidas de productividad laboral de 2023 y no solo el dato de la inflación de 2023.
“Estimamos una inflación del 5,4 % anual al fin de 2024, con una inflación promedio del 7,2 % y del 9,7 % para finales de 2023. Esto con una productividad que cayó a septiembre de 2023, según el Dane. La productividad total de factores cayó 1 % y la productividad laboral por persona empleada un 0,7 %. No tengo la cifra mágica, pero sí tengo claro que subir el salario mínimo muy por encima de la inflación esperada, sin tener en cuenta la productividad laboral, tendrá efectos negativos sobre la inflación (por la elevada indexación que aún existe atada al salario mínimo a pesar de las mejoras recientes), sobre la creación de empleo, sobre la formalidad laboral y sobre las decisiones de inversión”, reitera Téllez.