El primer objetivo de la red de recurso forestal y de la madera, encabezada por la Federación Nacional de Industriales de la Madera (Fedemaderas), es terminar con el tabú del uso de este recurso renovable; biodegradable; con permanente captura de carbono y que hace parte 100% de la economía circular, a la vez que se combaten los mitos generalizados en la sociedad.
El gremio ha venido trabajando desde el primer Congreso Nacional de Industriales de la Madera la opción para, junto con el Gobierno Nacional, integrar una política pública de Estado que vele tanto por los intereses de quienes hoy trabajan con la madera, como de las personas que adquieren bienes 100% hechos con base en este recurso.
Esto, al tiempo que se hacen campañas de educación en donde se visibilice que todos los productos hechos en madera, al igual que sus derivados, no provienen de la tala de bosques naturales, sino de plantaciones forestales comerciales dedicadas para este fin.
De esta manera, la red de recursos forestales y de la madera, pretende mostrar el trabajo adelantado bajo dos premisas:
- Conducir a la producción y consumo de madera legal, es decir, transformar la madera en mobiliario, tableros, biomasa y elementos para la construcción a partir de un aprovechamiento sostenible de bosques naturales y cosechas de plantaciones forestales comerciales, que cumplan con la formalidad y regulación vigente, aportando beneficios no solo ambientales sino también sociales.
- Adquirir madera de bosques naturales y plantaciones forestales comerciales que realizan buenas prácticas en sus procesos productivos, respetando el medio ambiente, realizando una función social y salvaguardando los derechos de comunidades y campesinos.
Lo anterior viene apalancado por “campañas de creación de conciencia y educación, para que el día de mañana cuando las personas consuman bienes derivados de la madera, tengan presente que están contribuyendo a la generación de riqueza en comunidades indígenas y campesinas, en donde además se protege la diversidad y establecimiento del ecosistema, brindado empleo a miles de familias”, afirma Juan Miguel Vásquez, director ejecutivo nacional de Fedemaderas.
Sumado a esto, el mismo Vásquez, busca dar un parte de tranquilidad a todos aquellos que, al igual que Fedemaderas, pretenden la preservación del medio ambiente, al afirmar que hoy en el país “existen diferentes normas y regulaciones que, por su exigencia, podría decirse que ubican a la red del recurso forestal y de la madera en un escalón de la mayor rigurosidad frente a otros sectores de la producción nacional, aportando así sostenibilidad a futuras generaciones”.
Por lo anterior se ha venido trabajando con el propósito de derrumbar estereotipos, y así modificar genuinamente los mitos, preconcepciones y vínculos mentales erróneos, que a hoy determinan comportamientos sociales sobre el uso y significado del consumo de productos de bosque, especialmente la madera y sus derivados.
Pero los mitos no solo giran entorno a diferenciar un cultivo y aprovechamiento sostenible de prácticas como la ilegalidad y la desforestación, sino a temas mucho más complejos como lo son la construcción. Sobre este tema, Vásquez asegura que, empleando la madera como materia prima en la construcción sostenible, se podría acabar el imaginario de las personas que minimizan las utilidades de este material o potencializan los riesgos asociados a factores como la durabilidad, la consistencia y la seguridad, pues en efecto la madera puede traer muchas más ventajas que otros materiales empleados para la construcción en nuestra cultura focalizada al ladrillo, acero y concreto.
“Lo que sucede es que no hay una cultura en los campos de la ingeniería y la arquitectura desarrollada en el país que permita, como en otros lugares del mundo, soportarse en estudios o en técnicas que utilizan materiales renovables como la madera, sino que tradicionalmente se utiliza concreto, ladrillo, vidrio, hierro, que para su producción consumen muchísima más energía”, cuenta Vásquez.
Hay que aclarar que se ha demostrado que la madera, no solamente consume menos energía para su producción, sino que al tener propiedades fisicoquímicas resistentes y durables, sirven como estructura de base para las construcciones, y no solamente como fachada.