Tener un negocio propio, ya sea para generar ingresos adicionales al trabajo que se tiene o para lograr una independencia y no tener que estar cumpliendo un horario de oficina, es el sueño de muchas personas, no solo en Colombia, sino en todo el mundo. No obstante, muchas veces es más fácil de lo que parece y aunque no es imposible, requiere mucho esfuerzo, dedicación y, sobre todo, tener las cosas claras.
De acuerdo con la Encuesta de micronegocios del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), en el segundo trimestre de 2022 la cantidad de micronegocios aumentó 1,6 % en comparación con el mismo periodo del año 2021. Así mismo, el personal ocupado por estas unidades económicas subió 3,8 % y los ingresos de los micronegocios crecieron 36,3 %. Esto quiere decir que cada vez más personas optan por el emprendimiento.
Sin embargo, de acuerdo con los expertos, para ser un buen emprendedor es clave ser consciente de que esto no solamente nace de jóvenes visionarios, sino de todos aquellos que ven en una idea de negocio la oportunidad de crecimiento. Hoy en día es necesario apostarle a una propuesta de valor que dé respuesta a una necesidad que tiene el mercado y que otros no han tenido en cuenta.
Para empezar un negocio propio es necesario, en primer lugar, tener una idea aterrizada, preferiblemente que marque un factor diferencial en el mercado y gane un plus de innovación en el mercado. Esta propuesta debe estar aterrizada, tanto en lo operativo, como en lo financiero, es decir, debe tener claro cómo funcionará (en tiempos buenos y malos) y también de dónde saldrá la plata que sea realidad.
“El secreto está en cómo esa idea de negocio transforma vidas. Esto, iniciando por la del emprendedor, ya que si la idea no se valida antes de ser lanzada y no se tiene certeza de su aceptación, es posible que se pierda el esfuerzo y provoque desilusión o desmotivación”, dijo Andrés Mauricio Castro, decano de Negocios Internacionales de la Universidad Piloto de Colombia.
Luego de esto, se debe establecer el tipo de sociedad en la que va a operar. Para esto, entidades como la Cámara de Comercio brindan asesoría para quienes lo necesiten, ya sea por medio de cursos de emprendimiento o asesoría legal para constituir la mejor alternativa societaria para el negocio que se va a empezar.
Según Scotiabank Colpatria, las personas pueden optar por alternativas como Sociedad Limitada, Empresa Unipersonal, Sociedad Anónima, Sociedad Colectiva, Sociedad por Acciones Simplificada S.A.S., Sociedad Comandita Simple, Sociedad Comandita por Acciones y Empresa Asociativa de Trabajo. Vale la pena destacar que cada una de estas tiene sus requisitos y obligaciones, por lo que es bueno estudiarlas a fondo.
“Es importante entender que los tipos de sociedades jurídicas nada tienen que ver con el tamaño, la antigüedad o la capacidad financiera de la empresa (...) La elección que haga del tipo de sociedad o forma jurídica será determinante. Por eso antes debe tener en cuenta su capital y la cantidad de socios con los que contará, pues esta decisión condicionará la actividad, los derechos, las obligaciones y las responsabilidades de la empresa”, dijeron los expertos de esta institución financiera.
Por último están los registros que se deben realizar ante cada una de las autoridades competentes. De acuerdo con la Dian, hoy en día es muy fácil crear una empresa en poco tiempo, dejando atrás aquellas épocas en las que este proceso duraba hasta una semana y en ocasiones se volvía muy engorroso.
En esta parte los expertos resaltan todas aquellas formalidades fiscales, tales como realizar la inscripción en el RUT, RIT (donde corresponda), instrumento de firma electrónica para el Representante Legal, implementación de facturación electrónica y la presentación de declaraciones tributarias. Vale la pena tener presente que los impuestos no son fijos y dependen mucho de lo que se venda y lo que se compre.
Por ejemplo, se debe pagar el IVA, el ICA, dependiendo de la actividad económica, que puede ser de 6,9 x 1.000. Además, se debe pagar autorretención especial y si adquieren bienes y servicios, se debe retener al proveedor y pagar a la Dian o a la Secretaría de Hacienda, cada año se debe presentar renta a una tarifa sobre la utilidad fiscal de alrededor de 32 %.