Los fundadores de una empresa emergente india de venta de “juguetes sexuales” quieren vencer “la vergüenza, la culpa y el miedo” en el país del Kamasutra, donde los debates abiertos sobre la sexualidad son considerados a menudo obscenos.
MyMuse, una empresa emergente fundada por la pareja Anushka y Sahil Gupta, pretende cambiar los tabúes relacionados con el uso de los “juguetes sexuales” y tratan de hacer que sus productos sean menos intimidantes para los principiantes.
“Existe esta vergüenza, culpa y miedo asociados con la compra de un objeto destinado a un uso íntimo”, explica Anushka. Un número creciente de empresas está navegando en una cierta ola de liberación sexual.
Los jóvenes que trabajan en las grandes ciudades de India conocen las tendencias mundiales, se sienten cómodos en las redes sociales como Instragram, y están acostumbrados a plataformas de citas como Tinder, Bumble o Hinge. Los inversores apuestan ahora por los juguetes sexuales, un mercado casi sin explotar en este país de 1.400 millones de habitantes.
En 2020, TechSci Research calculó que alcanzaría los 91 millones de dólares, con un crecimiento anual del 16 %.
Los Gupta comenzaron a expedir sus vibradores y otros juguetes sexuales, en paquetes discretos, durante el confinamiento por la pandemia de covid-19 el año pasado. Aprovechando la afluencia de capital dirigido a las nuevas empresas tecnológicas de India, recibieron fondos iniciales. Desde entonces realizaron una docena de contrataciones y, hoy en día, entregan sus productos en casi 200 ciudades del país.
Oposición a la educación sexual
Haciendo campaña en las redes sociales, afirman que intentan volver a centrar con seriedad los intercambios en la sexualidad, lejos de los clichés difundidos en el cine de Bollywood.
“Queremos eliminar toda esta misoginia y sexismo de este campo y convertirlo en algo hermoso, natural y universal”, explica Anushka, la jefa de empresa, antigua empleada de WeWork.
Gizmoswala, otra “startup”, ofrece la entrega de kits sadomaso en Bombay, mientras que LoveTreats presenta una oferta de lencería sensual y vibradores controlados a distancia. Pero estas empresas emergentes se enfrentan a muchos modelos de virtud en la sociedad india, donde los matrimonios arreglados siguen siendo la norma.
“Hay varias India cuando se trata de la sexualidad. Si bien una India ha realizado cambios, otra evoluciona lentamente y todavía tiene 10 o 20 años de retraso”, explica Jaya Aiyappa, experta en educación sexual.
Grupos de “justicieros” atacan a parejas cuyo comportamiento, según ellos, no corresponde a los “valores indios”.
También se acusa a políticos y a la policía de allanar hoteles y clubes nocturnos, y de atacar a jóvenes con comportamientos afectuosos en público, que consumen alcohol o que se visten de manera indecente. El año pasado, la aduana incautó un cargamento de vibradores y consoladores, cuyos pedidos en línea habían aumentado vertiginosamente durante el confinamiento.
La legislación india sigue prohibiendo la importación de “juguetes que parecen partes del cuerpo humano”. La falta de discusión sobre la sexualidad puede conducir a la desinformación y al maltrato, se alarma Jaya Aiyappa, añadiendo que los intentos de programar la educación sexual en la escuela chocaban con una fuerte oposición.
Anushka Gupta recuerda haber tomado conciencia de la necesidad de cambio cuando, al volver del extranjero, no pudo encontrar productos de salud sexual tan esenciales como anticonceptivos y lubricantes.
“Se trata de una situación fundamentalmente caótica”, afirma, subrayando que las mujeres indias se mantienen en la ignorancia de la sexualidad. “No se habla en absoluto de sexo a una mujer antes de que esté casada”, dice, “y tan pronto como lo está se le pregunta: ¿para cuándo el bebé?”.
*Con información de AFP.