Aunque la pandemia supuso un ambiente completamente retador para los empresarios y emprendedores, también fue una oportunidad para innovar y seguir avanzando con sus proyectos, pues de acuerdo con datos reportados este año por Bloomberg sobre la situación de la red de Endeavor Colombia, algunas empresas no solo lograron la meta de alcanzar la facturación que tenían en tiempos prepandemia, sino que pudieron superarla.

Este panorama indica que la situación de la pandemia los favoreció, ya sea porque durante esta etapa estaban sustentados en innovaciones que respondían a necesidades básicas o porque se ajustaron a las nuevas condiciones que se dieron tras la implementación de los protocolos de bioseguridad.

Debido a que algunos de los cambios presentados en el estilo de vida de las personas tras la pandemia se han mantenido, muchas de estas ideas de negocio perdurarán y continuarán generando los recursos para seguir investigando, innovando y creciendo.

“Este éxito conseguido por algunos emprendedores puede estar asociado a haber logrado tener una lectura inteligente del contexto y en gran parte a las competencias desarrolladas por la experiencia y la formación”, explicó Rodrigo Riaño, rector de la Universidad ISEP en Colombia.

Sin embargo, el próximo año también habrá desafíos para los emprendedores. Entre ellos está apostar por la sostenibilidad financiera a pesar de los riesgos de un contexto que presenta diferentes amenazas. En Colombia, por ejemplo, en el sector de los nuevos negocios ligados a la gastronomía ha habido aumentos en los precios de los alimentos y cambios en aspectos tributarios que han aumentado el costo de la operación, explican desde esa universidad.

De igual manera, es importante definir una buena planeación financiera que le permita al emprendedor organizar de manera inteligente sus recursos y sobrevivir en el mercado, luego de los aumentos que han tenido los costos de los arriendos, servicios públicos e, incluso, los sueldos con el aumento del salario mínimo.

“Otro reto clave es la apuesta que se tiene que hacer por lo digital. Todo negocio grande o pequeño, formal o informal debe tener unos o todos sus procesos soportados en tecnología, puesto que de esta manera se optimizan recursos y tiempo que son dos de los factores más valiosos en la puesta en marcha de un emprendimiento”, indicó Riaño.

Por otra parte, el experto subrayó que, para optimizar todos estos procesos y sacar el mayor provecho, es fundamental tener un director de proyectos, que sepa comunicar, negociar, que tenga visión, que motive a sus equipos y que trace una estrategia. Riaño destacó que aunque muchas de estas habilidades las da la experiencia, también existe para ellos el camino de la formación, a través del cual se puede no solo cultivar el conocimiento sino hacer importantes ejercicios de networking.

“Desarrollar competencias en dirección de proyectos es una necesidad, así como lo son el dominio de Excel y el manejo de una segunda y tercera lengua. El mundo de los negocios requiere más planeación y menos intuición. Por supuesto que hay emprendimientos exitosos liderados por personas con poca formación en gerencia de proyectos, pero el dominio de estas habilidades son una garantía adicional”, manifestó Riaño.

Desde la Universidad ISEP se ha identificado esta necesidad, por lo que se desarrolló un programa de posgrado en Dirección de Proyectos. Esta formación se ofrece en una modalidad 100 % en línea, de tal manera que no afecte los tiempos que los estudiantes están dedicando a su labor productiva y puedan enfocarse en desarrollar las competencias organizacionales que son indispensables para la dirección exitosas de proyectos.

Ley de emprendimiento en Colombia, un impulso para los empresarios

El año pasado se aprobó en el país la Ley de emprendimiento, una parte esencial del Plan Nacional de Desarrollo, con que se busca fortalecer a los emprendedores colombianos y que sean uno de los ejes para la reactivación económica.

Esta ley define el emprendimiento como parte de la fórmula para lograr una mayor equidad y con la que Colombia busca convertirse en un referente a nivel regional, como una nación que impulsa la transformación de su ecosistema emprendedor.

Esta ley trabaja en cinco ejes principales que enmarcan las regulaciones de manera “moderna, incluyente y necesaria” para la creación y desarrollo de nuevos emprendimientos y empresas en el país.

“Desde la academia es importante generar espacios que promuevan la generación e intercambio de ideas de negocio, pero también es fundamental que se desarrollen actividades que le permitan a los emprendedores conocer sus capacidades, sus talentos, sus fortalezas y sus debilidades”, concluyó Riaño.