La región tiene el tercer nivel de paridad más alto del mundo, con un 74,3 %, dice el Foro Económico Mundial (FEM), y ha mejorado participación en fuerza laboral, remuneración y representación femenina en puestos directivos y de liderazgo: se sitúa en 65,2 %, mejora de 9,3 puntos porcentuales desde 2006. Pero la pandemia fue un revés, con tasas de participación que no se recuperaron hasta 2022.

Y todavía hay camino por recorrer, sobre todo en tipos y calidad de empleos. Las mujeres siguen sobrerrepresentadas en sectores y empleos con salarios más bajos y altos niveles de informalidad, en los que es difícil cumplir la normativa que prohíbe discriminación de género y que carecen de acceso a sistemas de protección social.

En Colombia, según ONU Mujeres, “la discriminación de género implica que a menudo ellas acaban desempeñando trabajos no seguros y mal pagados, y siguen siendo una pequeña minoría en puestos directivos”. Y aunque es un país de renta media, el 51,6 % de los pobres en Colombia son mujeres; además, ellas siguen teniendo peores indicadores que los hombres en empleo, desempleo y subempleo.

Según la Política Pública Nacional de Equidad de Género para las Mujeres, la presencia femenina en los altos cargos directivos no sobrepasa el 20 %, mientras que en las gerencias se eleva a un 40 %, para llegar a una relativa paridad en niveles medios profesionales, y dominar con un 60 % los cargos de apoyo y de base.

En esa radiografía entra Florencia Sosa, Flor, una argentina que estudió Administración, hizo un máster en Finanzas y tiene en su hoja de vida un Women ́s Leadership, programa de los mentores de la campaña presidencial de Hillary Clinton en la Universidad de Yale.

Sus proyectos sostenibles y que mezclan impacto social, innovación y tecnología, se han convertido en fuente de inspiración y conocimiento. Su camino, según dice, la ha llevado a una determinación: compartir su visión sobre los mayores obstáculos que enfrentan las mujeres que aspiran a roles de liderazgo y cómo pueden superarse.

¿Qué desafíos persisten en el camino hacia el liderazgo?

Sosa identifica obstáculos que continúan frenando a las mujeres en su camino hacia roles de liderazgo. Uno de los más significativos es la persistencia de estereotipos de género.

“A menudo, las mujeres son percibidas de manera diferente cuando muestran características de fortaleza y liderazgo, como la asertividad, que en los hombres son vistas positivamente, pero en las mujeres pueden ser interpretadas como agresividad”, comenta. Un doble estándar que disminuye las oportunidades, la confianza y la disposición para tomar riesgos que hagan avanzar sus carreras.

¿Cuáles son esas estrategias necesarias para superar las barreras?

Sosa experimentó el prejuicio cuando a los 25 años tomó el mando de su grupo de empresas (incluida una cadena de farmacias, herencia de su padre, empresario argentino), pero no se amilanó y hoy es una voz poderosa en el entorno. Logró ser la primera mujer directora de la federación económica de su provincia, rol que jamás había sido ocupado por una mujer. También es representante joven de la Cámara Argentina de la Mediana Empresa y una de las pocas mujeres en ese rol a nivel país.

Pero ese crecimiento también tuvo un precio, uno que a no todos los hombres les ponen como rasero: “El sesgo de género es una realidad que no podemos ignorar. Mis primeros años como CEO, al entrar a una reunión y con 25 años, me decían: ‘que sirva el café’... me pensaban como una secretaria. A las mujeres nos tocó la doble labor de aprender a formarnos como profesionales y, a la vez, a ser resilientes frente a los obstáculos y a la brecha de género presente en distintas etapas de carrera”, afirma.

Superando el sesgo

“Al comprender los desafíos, desarrollar las habilidades y estrategias necesarias, y aprovechar los recursos disponibles, las mujeres podemos romper el techo de cristal y alcanzar nuestro máximo potencial en el mundo empresarial. Solo hay que no dejarse amedrentar por los estereotipos de género en el mundo empresarial, o los autoimpuestos o heredados”, enfatiza.

Por eso, como estrategia, Sosa aboga por la importancia de fortalecer las habilidades de comunicación, toma de decisiones, resolución de problemas y gestión de equipos. Además, recomienda ser resilientes y darse visibilidad.

Otra estrategia es estar informadas, conocer indicadores y cifras de los techos de cristal. “Trabajar con información y datos es esencial. No solo se trata de conocer a personas influyentes, sino de tener herramientas e instrumentos que ponen de relieve el efecto negativo de la brecha de género en nuestra carrera laboral”.

Innovación y sostenibilidad

Sosa recibió distinción como Embajadora WEF (Foro Económico Mundial) en 2023. “La innovación y la capacidad de impulsar proyectos que empoderen mujeres no solo se trata de tener una idea brillante, sino de llevarla a cabo de manera sostenible y que represente una oportunidad de desarrollo real para mujeres”, explica.

Sosa creó Andina, start-up que define como “mujeres+tecnología”, un emprendimiento social hecho por mujeres que impulsa a tejedoras de la Puna de Argentina en sus negocios de tejido de prendas de lana de vicuña y que es sustento económico de más de 100 familias.

Flor anima a estas emprendedoras a invertir en su formación continua: “La formación constante nos permite ser más competitivas en un entorno empresarial en constante evolución y ofrecer soluciones más innovadoras a nuestros clientes”.

Su participación en las Sesiones Generales de la Asamblea General de la ONU 2024, en la 68th Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer y como speaker en la Sesión extraordinaria de la Organización de los Estados Americanos (OEA) ejemplifican este compromiso.

Emprendimiento, formación y tecnología

La tecnología ofrece un sinfín de herramientas y recursos que pueden ser de utilidad para las mujeres que aspiran a convertirse en líderes destacadas. “La tecnología es una aliada poderosa para cualquier emprendedora. No tengas miedo de explorar y adoptar nuevas tecnologías que puedan ayudarte a ser más eficiente y llegar a un público más amplio, aunque no sea tu ámbito, rodéate de gente especialista, que sepa y desarrolle tecnología”, explica Sosa.