Más de 200 empresarios colombianos se encontraron con compradores estadounidenses durante la rueda de negocios organizada por la Cámara de Comercio Colombo Americana (AmCham), el pasado 10 y 11 de septiembre. Este evento, que buscaba lograr más de 1.400 citas de negocios, tenía como propósito pasar del diálogo a la acción, buscando concretar oportunidades comerciales entre ambos países.
María Claudia Lacouture, presidenta de AmCham, aseguró que las jornadas de negocios proponían ampliar las oportunidades, no solo del sector agro, sino también el de las confecciones, los textiles y la construcción, entre otros.
Bajo esta lógica, entre los asistentes estaba Cristina Rivera, una empresaria colombiana de origen opita, quien se dedica a la producción de cacao en Neiva Huila. Su negocio, llamado Tolimax, lleva 62 años en el mercado comercializando cacao corriente y especial. Con el encuentro, la mujer se proponía lograr que sus productos pudieran seguir expandiéndose a nivel internacional.
“Actualmente, exportamos a destinos como Argentina, Uruguay, y estamos próximos a iniciar exportaciones a China”, aseguró Cristina. No obstante, les dijo a Frank Henderson y Brandlee Williams, dos compradores americanos, que la empresa contaba con certificados de exportación como el USDA, con lo cual Tolimax podría llegar a los mercados americanos con sus productos orgánicos y naturales.
Al preguntarles a Henderson y a Williams sobre sus intereses en el mercado colombiano, ambos aseguraron que, al ser comerciantes de productos sostenibles, creían que las pequeñas y medianas empresas tenían gran potencial de internacionalización. “Nuestra empresa propone guiar tanto en venta como en logística a empresas como la de Cristina, en donde el producto es muy interesante, pero a lo mejor no conocen el camino para potencializar su alcance”.
Liliana Trujillo, representante de la empresa norteamericana Bosanet LLC, también estuvo presente en el evento. La mujer explicó que su compañía se especializa en ayudar a las empresas latinoamericanas, incluidas las colombianas, a cumplir con los requisitos necesarios para exportar a Estados Unidos. “Aunque los productos colombianos son de excelente calidad, muchas veces los empresarios no tienen el know-how necesario para cumplir con regulaciones como las certificaciones de la FDA o el etiquetado adecuado. Nuestro trabajo es ayudarles a acelerar ese proceso”, comentó y agregó que su empresa está interesada en adquirir productos de alta rotación, como snacks saludables, condimentos y bebidas.
Por otro lado, había empresarios colombianos de diferentes sectores. Este es el caso de Jorge Luis Rangel, propietario de una empresa llamada Ricolac, quien llegó con la esperanza de alcanzar una nueva meta con las exportaciones. Su negocio, que se enfoca en producir derivados lácteos como arequipe, leche condensada y cocadas, ya cubre el 65% del mercado colombiano a nivel institucional.
“Hace tiempo que ya no hacía, lo que en el negocio se conoce como “maletear” - o llevar el producto directamente donde el comprador y promocionarlo- pero creo que la peor tarea es la que no se hace y siento mucha fe, porque este es el tiempo para que Colombia incursione en el mercado internacional”.
Aunque su empresa, que lleva en el mercado 25 años, aún no ha iniciado exportaciones, Rangel espera que las conexiones generadas durante el evento le permitan dar ese primer paso hacia la internacionalización.
Así como lo mencionó María Claudia Lacouture en su discurso de apertura, el sector de la confección también tiene una oportunidad de apertura al mercado americano. Julián Rodríguez, representante de una marca colombiana de ropa interior y trajes de baño, participó en el evento con el objetivo de fortalecer su presencia en Estados Unidos, un mercado al que ya exporta desde hace más de una década. “Tenemos presencia en 15 países, pero Estados Unidos sigue siendo nuestro principal mercado de exportación. Queremos consolidar nuestra marca y ampliar nuestra base de clientes en este país”, explicó Rodríguez.
La rueda de negocios dejó claro que, aunque los empresarios colombianos enfrentan desafíos logísticos y de certificación, el interés de los compradores estadounidenses es real y tangible. Este tipo de eventos son una plataforma crucial para que los empresarios colombianos puedan dar a conocer sus productos y expandirse en mercados internacionales.