Poco a poco la copa se va rebosando. Los camioneros que forman parte de la ACC, el gremio liderado por Alfredo Medrano, dicen que quedaron anonadados con la medida anunciada por la Superintendencia de Transporte, mientras ellos esperaban una solución más contundente.
El superintendente de Transporte, Wilmer Salazar Arias, habló de la expedición de una circular con instrucciones para el registro ante la entidad de control de todo aquel que desarrolle actividades de administración y operación de patios de contenedores vacíos. Agregó “que en adelante ejercerá la supervisión”, dice un documento.
Con ello, algunos voceros del transporte de carga percibieron que el Gobierno no tenía hasta ahora bajo la lupa la actividad en los patios de contenedores vacíos, que es precisamente lo que está llevando a los camioneros a estar contra las cuerdas y a cocinar cada vez más la idea de un paro de ese servicio, si no son oídos prontamente por instancias nacionales que puedan dar una solución más rápida a lo que están viviendo en los puertos, principalmente en el de Buenaventura.
Según expresó Medrano, en la ACC hay 300.000 camioneros que ya no saben qué hacer con lo que, consideran, se ha convertido en un ‘negocio para las navieras’, es decir, las compañías dedicadas al transporte de carga por vía marítima de puerto a puerto.
La descripción que hizo el dirigente gremial da cuenta de que están dejando los contenedores vacíos en fila, con turnos para entrega que a veces sobrepasan los tres días y cobran 100 dólares diarios.
El impacto de esta situación recae en el bolsillo de los camioneros, que llevan una carga por un costo de 150.000 pesos por tonelada (en una tractomula caben 34 toneladas) y deben asumir los gastos por los retrasos, hospedaje y alimentación, mientras esperan que les reciban el contenedor vacío. Por supuesto, cada día perdido es uno menos en el que el camionero deja de tener un ingreso, por inactividad.
El transporte marítimo mueve el 80 % de las mercancías en el mundo, por lo que los camioneros, ni la industria que está seriamente afectada con la crisis de los contenedores, no se explican la razón por la cual no se pone el acelerador en la búsqueda de solución.
El inconformismo es generalizado. Otro de los gremios del transporte de carga, Colfecar, después de conocer el anuncio de SuperTransporte, reiteró el llamado imperioso al Gobierno “para que se tomen medidas de fondo que solucionen la situación tan crítica que estamos viviendo en el puerto de Buenaventura”.
Según expresó la presidenta de Colfecar, Nidia Hernández, “es fundamental hacer cambios estructurales frente a las navieras y los patios de contenedores ya que, de no hacerlo, se afectará toda la dinámica del comercio exterior del país”.
Hernández agregó que “es importante que se llegue a un acuerdo con las navieras para que se detenga la demora de contenedores, una vez el vehículo de carga se presenta en las zonas de ‘asignación de turnos’”.
Desde la perspectiva de Hernández, se requiere “que se obligue a las navieras a responder por el lucro cesante y los extracostos que las empresas de transporte de carga terrestre están asumiendo por responsabilidad de ellos”.