El conglomerado industrial japonés Toshiba informó a mediados de noviembre del año pasado que barajaba la posibilidad de escindirse en tres empresas cotizadas independientes durante el transcurso del año 2023 como parte de su futuro plan estratégico, según le confirmó la empresa a medios locales en ese momento.
El diario económico Nihon Keizai Shinbum, popularmente conocido como Nikkei, reveló que la empresa planea dividirse en tres firmas independientes, especializándose cada nueva empresa en infraestructuras, semiconductores y dispositivos electrónicos. Los planes del conglomerado industrial parecen seguir en firme, aunque ahora ha reformulado la escisión.
Toshiba informó que la reformulación en sus planes radica en los “obstáculos” que se ha encontrado para realizar la división, por lo que ahora la escisión se realizará únicamente en dos empresas, según ha informado este lunes 7 de febrero en un comunicado. De esta forma, la nueva operación planteada por Toshiba solo contempla la escisión del negocio de dispositivos electrónicos y almacenamiento de datos, que pasará a cotizar en Bolsa una vez finalizada la transacción.
“Toshiba considera que este método puede reducir significativamente los costes de separación, asegurar la solidez financiera para cada empresa y reducir de forma notoria la incertidumbre de la escisión”, ha explicado la firma nipona. Tras la separación, los actuales accionistas de Toshiba serán dueños de ambas empresas.
La empresa mantendrá las participaciones en Kioxia y en Toshiba Tec Corporation, que según el plan original iban a aglutinarse en una empresa independiente. Sin embargo, Toshiba espera “monetizar inmediatamente” y “hasta el extremo posible” las acciones de Kioxia. Los fondos de estas ventas se devolverán a los accionistas.
La actual Toshiba, cuyo negocio se centrará en infraestructuras y energía, tendrá unas ventas netas de 1,520 billones de yenes (11.549 millones de euros) en el año fiscal que finaliza en marzo de 2021. Al tiempo, la compañía escindida facturará 860.000 millones (6.534 millones de euros).
Cabe resaltar, que en noviembre, un portavoz de la firma le confirmó a la agencia de noticias Kyodo News que Toshiba sí estaba considerando la opción de dividirse con el objetivo de “elevar el valor corporativo”, aunque en ese momento resaltó que el conglomerado no había tomado una decisión definitiva al respecto.
El impacto de la escasez de chips
Desde comienzos de 2021, los fabricantes de procesadores, como la estadounidense Qualcomm, vienen denunciando una escasez global de semiconductores, que informan que dependen en su mayoría de empresas asiáticas y taiwanesas en concreto, como TSMC. Además de la escasez en productos como las videoconsolas de última generación (PS5 y Xbox Series X y S), esta situación también ha afectado la producción de los productos de Apple.
La actual crisis de chips y semiconductores, que ha causado escasez de componentes en industrias tecnológicas que van desde los ordenadores hasta los vehículos, estará completamente superada en 2023, según previsiones de los fabricantes de televisores de ultra alta definición (UHD).
Así lo ha asegurado Baris Altinkaya, Marketing Deputy Director de Vestel, fabricante de televisores que acapara 18 % de las ventas en Europa, además de marcas blancas en grandes superficies de los 157 países. Como recoge un comunicado de UHD Spain, los fabricantes de televisores de Ultra Alta Definición (UHD) consideran que la crisis mundial, que se produjo por la caída en la producción durante la pandemia, quedará totalmente superada en 2023.
No obstante, la escasez de componentes que afecta a la industria electrónica global continuará teniendo impacto durante este año 2022 y algunos componentes concretos seguirán viéndose afectados en 2023, según las previsiones de Intel, una de las mayores compañías fabricantes de circuitos integrados. Así lo reveló el vicepresidente ejecutivo y gerente general de Client Computing Group de Intel, Gregory Bryant, en una entrevista concedida a Gadgets360.
Con información de Europa Press.