Las Ofertas Públicas de Adquisición (OPA) están de moda por estos días en Colombia. A las sonadas de Nutresa y Grupo Sura, se suma la de Acerías Paz del Río, una de las empresas más tradicionales del país, que en 2007 había pasado a ser parte del gigante brasileño Grupo Votorantim, pero que 15 años después volvió a manos colombianas.

Desde 2017, Votorantim -conglomerado brasileño que actúa en sectores como cemento, siderurgia, energía, celulosa, jugo de naranja y bancos- había anunciado que quería salir del negocio del acero y poco a poco fue vendiendo. Solo le quedaban la operación de Argentina y de Colombia y desde el año pasado, con la asesoría de Goldman Sachs, contactaron al colombiano Trinity Capital para ofrecerle Acerías Paz del Río.

Omar González Pardo, presidente de Trinity Capital (firma familiar que se dedica a gestionar capital para invertir en empresas), confiesa que cuando le hicieron la oferta se sorprendió por el tamaño de la compañía (en 2020 Acerías vendió casi 1 billón de pesos), su tradición (creada hace 74 años) y los empleos que genera (5.000 incluyendo sus pensionados). El portafolio de Trinity, que incluye empresas como la minera Coquecol, hasta ese momento generaba 4.500 puestos de trabajo, así que con la compra duplicarían su operación, al menos en lo que a empleo se refiere.

Omar González Pardo, presidente de Trinity Capital | Foto: Trinity Capital

“Pensamos en eso, como en los altibajos que hasta ese momento había tenido Acerías Paz del Río, pero también vimos las oportunidades que tiene el negocio del acero, en donde Colombia no es autosuficiente y, principalmente, nos llamó la atención la posibilidad de poder volver a poner la bandera colombiana en Acería Paz del Río”, explica González Pardo.

En sociedad

Trinity se asoció entonces con el banco de inversión colombiano Structure y juntos decidieron comprar el 82 % que Votorantim tenía de Acerías. Dado que esta empresa, con sede en Belencito Boyacá, está inscrita en la Bolsa de Valores de Colombia, la operación de compra tenía que hacerse a través de una OPA en la que ofrecieron pagar 3,65 pesos por acción, un precio que muchos analistas calificaron como muy bajo pues antes de que se anunciara la operación se negociaba entre 4 y 7 pesos.

Votorantim tenía planeado desarrollar una zona franca alrededor del complejo industrial de Acerías Paz del Río, para ampliar su producción.

“La acción de Acerías Paz del Río fue perdiendo liquidez con los años, al pasar de 70 pesos en 2018, para luego caer a 50, a 10 y a 5 pesos. Con el anuncio OPA subió a 6 pesos, pero luego cuando se fijó el precio de la operación cayó a mínimos históricos”, explica el experto bursátil Andrés Moreno.

El presidente de Trinity Capital aclara que el precio establecido (de 3,65 pesos por acción) fue resultado de la negociación previa con Votorantim y con la asesoría de Goldman Sachs y que responde a la nueva realidad empresarial en el país después de la pandemia.

Como resultado de la OPA, Trinity se quedó con el 49,49 % de Acerías Paz del Río, Structure con el 33 % y el Instituto Financiero de Boyacá (Infiboy), que ya era accionista desde antes, permaneció con 13 %. El 4,51 % restante corresponde a 400.00 pequeños accionistas, de los cuales muchos ya están muertos, por lo que se hace difícil recolectar todas sus tenencias. Se estima que unos 100 vendieron en la OPA. González Pardo explica que, aunque Infiboy también está interesado en vender su parte, el proceso es más demorado pues deben cumplir una serie de trámites, dado que son una empresa oficial. “Pero una vez terminen ese proceso a nosotros nos encantaría comprarles”, precisa.

Los nuevos propietarios de Acería Paz del Río no planean sacarla de la Bolsa y su meta principal es que vuelva a ser tan exitosa como en el pasado. Están convencidos de que el acero es a la infraestructura lo que el esqueleto es al ser humano, así que todo el desarrollo que viene para el país está basado en acero y ellos quieren estar ahí.

González Pardo reitera que con este negocio quieren, además, enviar el mensaje de que vale la pena invertir en la Bolsa local y en las empresas colombianas.