El transporte áereo, tanto de carga como de pasajeros, contribuye notablemente a la emisión de dióxido de carbono (CO2) a nivel global, pues genera cerca del 2,5 por ciento del total anual. Por ese motivo, las empresas agremiadas en la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA, por sus siglas en inglés) se comprometieron a alcanzar cero emisiones netas de dióxido de carbono para 2050.
La meta pone al sector en la misma línea de los Acuerdos de París, que pretenden limitar el calentamiento global a 1,5 grados celsius. Willie Walsh, director general de la IATA, aseguró que los objetivos post covid-19 se llevarán a cabo con la meta de cero emisiones netas para 2050.
“Eso asegurará la libertad de futuras generaciones para explorar, aprender, comerciar, construir mercados, apreciar culturas y conectarse con gente de todo el mundo, de forma sostenible. Con los esfuerzos colectivos de toda la cadena de valor y políticas de gobierno solidarias, la aviación logrará cero emisiones netas para 2050“, aseguró durante la 77° Reunión General Anual (AGM) de la IATA y la Cumbre Mundial de Transporte Aéreo.
La industria deberá acomodarse a la demanda creciente en todo el mundo por sus servicios, mientras se esfuerza por alcanzar la nueva meta anunciada en el evento que tomó lugar en Boston, Massachusetts. Para lograr suplir las necesidades de 10.000 millones de personas que se espera que vuelen en 2050, deberán disminuirse al menos 1,8 gigatoneladas de carbono en ese año. Asimismo, el compromiso implica que un acumulado de 21,1 gigatoneladas de emisiones de carbono dejarán de emitirse entre ahora y 2050.
Dicha mitigación podría costarles a las aerolíneas un estimado de 1,55 billones de dólares entre 2020 y 2050. Necesariamente, las fuerzas deberán unirse en esfuerzos combinados que incluyan a las aerolíneas, aeropuertos, proveedores de servicios de navegación aérea, fabricantes, y también apoyo gubernamental.
En cuanto al último punto, la resolución llama a los gobiernos a comprometerse con una meta a largo plazo, equivalente a la de la industria de la aviación de cero emisiones netas para 2050.
“Los gobiernos deben ser socios activos para lograr el cero neto para 2050. Al igual que con todos los demás transiciones energéticas, las políticas gubernamentales han marcado el rumbo y han abierto un camino hacia el éxito. Los costos y los riesgos de inversión son demasiado altos (...) volar con impuestos retrógrados y punitivos sofocaría la inversión y podría limitar los vuelos a los ricos”, aseguró Walsh y agregó que la industria nunca ha visto un impuesto ambiental que realmente financie actividades de reducción de carbono. “Los incentivos son los caminos probados a seguir. Resuelven el problema, crean empleos y aumentan la prosperidad “, dijo.
Annie Petsonk, subsecretaria adjunta principal de asuntos internacionales y de aviación del Departamento de Transporte de Estados Unidos, reconoció la meta de las aerolíneas en nombre del Gobierno de Joe Biden. Asimismo, señaló que la administración está apoyando con alivios económicos e incentivos a las compañías que usan combustibles amigables con el medio ambiente.
Para Jennifer Holmgren, directora ejecutiva de LanzaTech, compañía dedicada al reciclaje de carbono, el anuncio es importante en aras de alcanzar la meta impuesta y es necesario ver las metas a corto y mediano plazo. Es decir, revisar qué harán las empresas para 2025, 2030 y así sucesivamente, pues en el paso a paso podrá notarse si el objetivo de 2050 llegará a buen puerto.
Las claves del objetivo
La meta Fly Net Zero se podrá cumplir a través de la combinación de modificaciones en los servicios y el uso de tecnologías aprobadas de compensación y captura de carbono.
Los elementos más importantes que resalta el compromiso de las aerolíneas son los siguientes:
- Uso de combustibles de aviación sostenibles (SAF) que provenga de materias primas que no dañen el medio ambiente.
- Inversión en nueva tecnología aeronáutica, incluidas soluciones aerodinámicas y de propulsión alternativas nuevas, como energía eléctrica o hidrógeno.
- Mejora continua de la infraestructura y la eficiencia operativa, con un enfoque particular en la mejora de la gestión del tráfico aéreo.
- El uso de compensaciones aprobadas, incluida la tecnología de captura y almacenamiento de carbono.