Conseguir trabajo y tener una estabilidad gracias a este, es una de las metas principales que miles de personas en todo el mundo consideran importante para su desarrollo humano. Luego de un tiempo, aparecen temas que son esenciales en la construcción organizacional y de los cuales depende una buena relación con los demás: el ambiente laboral es uno de ellos.
De acuerdo con el portal Randstad, este factor es funcional y elemental para cualquier empresa, sin importar su tamaño o razón social, pues contribuye a mejorar la rentabilidad, productividad y el compromiso de los trabajadores.
Asimismo, el ambiente es clave porque se entromete en las relaciones de las personas que laboran y a su vez les otorga satisfacción. Sin embargo, así como existe un ambiente dado desde el entendimiento y la mejora continua, también hay ciertas posturas que lo convierte en tóxico.
Dinero en imagen consigna que los encargados de una organización cada día son más conscientes de crear un buen ambiente laboral, pero aún existen líderes y conocedores de administración, finanzas u otras áreas que no saben trabajar en equipo y, además, con diferentes actos se daña la motivación, energía, e incluso la salud de los trabajadores.
En relación con lo anterior, el citado sitio define un ambiente tóxico laboral como: “Aquel donde hay líderes autoritarios, irrespetuosos, que no se comunican asertivamente, no saben regular sus emociones y que continuamente amenazan e infunden miedo”.
No obstante, esta situación no se genera únicamente por parte de los encargados de un gremio empresarial, también se puede producir a raíz de las mismas personas que trabajan en un ámbito determinado.
Sea cual sea el caso, hace dos años, un estudio publicado en Journal of Environmental Research and Public Health dice que el ambiente tóxico laboral es perjudicial, esto porque los investigadores detallan que produce “estrés, agotamiento, depresión y ansiedad innecesarios”.
En el mencionado estudio, detallan que entre las principales variables que se pueden ver afectadas por falta de cultura conducida al ambiente es la inestabilidad y, a partir de ello, la falta de empatía y ganas de producir para un fin.
Para la doctora Kristen Fuller, revisora médica especializada en Salud Mental y Adicciones con experiencia en Medicina Familiar, las señales de un ambiente tóxico son notorias, más de lo que los mismos trabajadores creen.
Fuller contó en CNN que la manera de saber si una persona se encuentra trabajando en un ambiente tóxico laboral es puntual: “Es cualquier lugar de trabajo que te haga sentir incómodo, cualquier cosa que te lleve a sentir que no puedes pedir lo que necesitas y que no tienes apoyo”, explicó la experta.
En adición, la especialista comentó que en estos lugares hay pocas oportunidades de ascenso o avances, por lo que esto podría repercutir de manera directa y negativa en la moral. De igual manera, otra señal de un mal ambiente es la microgestión de supervisores, aquellos que no se separan de vigilar el trabajo del otro.
Teniendo en cuenta datos recopilados por el citado medio estadounidense, el horario también podría influir en lo laboral, ya que una persona estaría en un trabajo tóxico si sostiene la idea de que debe estar disponible todo el día para la organización.
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Por su parte, Cuerpo Mente indica que hay un término que se ha hecho popular en las empresas y es el mobbing, el cual, básicamente, significa la presencia de acoso laboral.
Las personas con quienes se trabaja son ideales para lograr un entorno estable y saludable; de hecho, los científicos dicen que al tener buenos compañeros, se amortigua el estrés. Sin embargo, no siempre se cuenta con el mejor personal y, ante esto, Fontelles da a conocer que hay quienes se aprovechan de los demás en formas como:
- Mobbing horizontal: los trabajadores están en el mismo rango de la empresa.
- Mobbing vertical: el acosador tiene un puesto jerárquico más alto.
- Mobbing estratégico: hace parte de la estrategia de la empresa.
- Mobbing de dirección o gestión: para llegar a situaciones de esclavismo laboral y soberanía ante el jefe.
- Mobbing perverso: se utiliza la manipulación.
- Mobbing disciplinario: se efectúa para hacerle entender al trabajador que debe “entrar en el molde”.
De este modo, los conocedores del tema concluyen que cualquier incidencia de ambiente tóxico podría hacer que la misma organización fracase o quede en quiebra, puesto que aunque una persona tenga el poder absoluto de la infraestructura, el personal cumple más de la mitad de la estabilidad financiera.