En medio de un año difícil para los cultivadores y procesadores de arroz, que están sufriendo por sobreproducción, caída de precios, dificultades de transporte y menor consumo por parte de los colombianos, una empresa del sector decidió no tomar una posición defensiva sino, por el contrario, aprovechar la coyuntura para crecer.
Se trata de la Arrocera la Esmeralda, una empresa que fue fundada en 1950 en Jamundí, Valle del Cauca, y que ya va en su tercera generación. Su marca es Arroz Blanquita, en honor a la abuela del actual gerente, José Manuel Suso, quien explica que, tras 71 años de operaciones, no solo vieron cómo su departamento se enfocaba en un cultivo (la caña) y ellos insistieron en el arroz, sino que también aprendieron a especializarse y a competir con factores diferenciadores como productos orgánicos y certificaciones medioambientales, que cada vez son más buscados por los consumidores.
Si bien en el país existió otra marca de arroz fundada antes de 1950, esta se acabó y por eso hoy Blanquita es la más antigua, sobrepasando a Diana, que nació en 1964 y a Roa en 1968. Esta dos sin embargo la superan con creces en ventas. En 2020, Arroz Diana facturó 1,8 billones de pesos y Molinos Roa 1,4 billones. La Esmeralda, por su parte, registró 205.000 millones de pesos y se ubicó como la sexta empresa por ventas de este sector.
Piensan en expansión
Suso explica que, tras consolidarse en Valle, Cauca, Nariño y Chocó, el siguiente paso consiste en su expansión hacia los mercados de Bogotá y Cundinamarca, que son los más grandes del país. En esta región venderá sus productos en 70 almacenes Éxito, 42 Carulla, 50 Surtimax y 300 Cooratiendas. A eso se suma su tienda virtual, cuyas ventas iniciaron en la pandemia y que también les permite atender a Medellín y a Barranquilla.
“El deseo de llegar a Bogotá estaba entre nuestros planes desde hace varios años, pero quisimos ejecutarlo solo cuando vimos las condiciones adecuadas para hacerlo bien. Nuestro objetivo es lograr que las personas que residen en Bogotá y Cundinamarca conozcan la calidad de Arroz Blanquita, sus programas de sostenibilidad y sus diferentes variedades. También hay una población del suroccidente del país que ya nos conocían, pero no conseguían el producto en el centro del país, ahora ya pueden acceder a él. En el primer año nuestra expectativa es lograr entre 5 y 10 por ciento del mercado de arroz que se vende en la región central de Colombia”, indica Suso.
Más allá del Valle
Sin embargo, la llegada de Blanquita al centro del país no vino sola, sino que estuvo precedida del montaje en 2015 de una plata en Aguazul, Casanare, la cual se suma a la de Jamundí. Entre ambas producen alrededor de 5.500 toneladas mensuales del cereal y emplean a 350 personas, al tiempo les compran a 1.170 pequeños agricultores. “De ellos muchos son afro, indígenas, excombatientes o exconvictos, porque nos interesa brindarles oportunidades a todos. Les damos asesoría para que puedan producir lo máximo en cada hectárea. Esa integración con el agricultor, al que adoptamos casi de por vida, nos permite competir con mayor eficiencia”, comenta Suso, quien es consciente de que el mercado de arroz enfrenta una situación complicada con más competencia, así como con un menor consumo por cuenta de la pandemia, que ha hecho que los hogares más necesitados hayan tenido que reducir su ingesta de este alimento.
Incluso el mismo Ministerio de Agricultura acaba de lanzar una campaña junto con el ciclista Rigoberto Urán para promover el consumo de arroz.
En Blanquita tienen además la meta de atender las nuevas demandas de los consumidores en cuanto a producción libre de insecticidas y orgánica. Como resultado, pudieron certificarse con Fair Trade y For Life de Ecocert y como Empresa B por generar un triple impacto positivo, es decir, que garantiza buenas prácticas en temas sociales, ambientales y de desarrollo económico. Es más, es una de las pioneras en esta certificación en el país.
Para este año tiene planeado invertir 500 millones de pesos en lanzamiento de nuevos productos, así como en su expansión a Bogotá. El objetivo es aumentar las ventas en 10 por ciento en 2021.