Este miércoles, previo a la realización de la asamblea extraordinaria del Grupo Sura, convocada por el accionista mayoritario, el grupo empresarial Gilinski, la acción de la compañía arrancó en la Bolsa de Valores de Colombia de manera neutral (sin que su valoración se moviera), en 39.090 pesos. Posteriormente, empezó de nuevo la negociación de la especie en el mercado bursátil y se incrementó en 2,07%.
Entre tanto, la acción preferencial del mismo grupo también se mantenía neutral, en cero, con una valorización de 16.000 pesos. Al cierre del mercado se quedó quieta.
La neutralidad de las acciones en la Bolsa, cuando se presenta, implica que no hay negociación ni apetito por estos títulos, explicó un experto en el mercado accionario.
Llegaron los convidados
Durante las primeras horas de la mañana, poco a poco fueron llegando los accionistas, tanto mayoritarios como minoritarios, para resolver los interrogantes que se presentan ante lo anunciado por el revisor fiscal del grupo Sura, según el cual los estados financieros presentados vienen con salvedades.
La firma que lleva la revisoría, EY, advirtió sobre tres acuerdos con accionistas en sus filiales, lo que plantea una serie de interrogantes, por lo cual, el socio mayoritario consideró que era necesario obtener mayores explicaciones sobre el tema.
En representación del accionista mayoritario, el grupo empresarial Gilinski, participó en la mesa central el empresario Gabriel Gilinski, quien llegó acompañado al lugar de su padre, Jaime Gilinski.
Para presidir la asamblea fue aprobado por la asamblea en pleno, que la batuta la llevara Gonzalo Pérez, líder de la compañía Sura.
Seguidamente, empezó a desarrollarse el orden del día, dentro del cual se presentó la intervención de un accionista, Fernando Rodas, quien dijo actuar a nombre propio, como integrante de vieja data del grupo de socios minoritarios de Sura.
Pidió levantar la asamblea
El interviniente, quien participó en varias oportunidades en la asamblea, señaló que la convocatoria hecha, de la reunión extraordinaria, “era improcedente e inconveniente”, pues los temas que motivaron el llamado tendrían que ser analizados en una asamblea ordinaria.
Rodas hizo un llamado para que la revisoría fiscal no se termine convirtiendo en instrumento de batalla entre accionistas.
Pidió el levantamiento de la asamblea o, en su defecto, un receso para que los minoritarios pudieran tomar decisiones.
No obstante, el abogado Néstor Camilo Martínez, intervino a nombre de Nugil, empresa del Grupo Gilinski, para expresar que la petición no era posible, pues las normas corporativas indican que, una vez se inicia la asamblea, debe agotarse el orden del día.
Posteriormente, el revisor fiscal de EY procedió a leer su informe, con el cual sustentó lo que había expuesto con anterioridad y hasta mencionó posibles acuerdos anteriores, de carácter similar, las cuales ya no se encuentran vigentes.
* Gabriel Gilinski es accionista de Publicaciones SEMANA