Un año antes de alcanzar los 110 de operaciones, en 2020 el Banco Caja Social sorteó como el resto de sus colegas uno de los ejercicios más retadores de su historia. La pandemia obligó a sus directivas y a sus accionistas a buscar estrategias para cumplir con su promesa de ser el “banco amigo”.
Diego Prieto, presidente de la entidad, dice que más que ofrecer alivios a sus clientes lo que hicieron fuer acompañarlos y buscar alternativas más allá del simple aplazamiento de cuotas. Condonaron intereses en abril y junio, al tiempo que asumieron el valor de las primas de los seguros asociados a los créditos. La primera medida tuvo un costo de $ 60.000 millones y el segunda de $ 12.500 millones.
“Sin embargo, en junio y julio era evidente que la afectación sobre clientes seguía presente, así que la Fundación Grupo Social, que es la propietaria del banco, decide pagar parte del capital de las obligaciones de 600.000 clientes. Para los beneficiados, eso implicó la reducción de entre 20 % y 25 % del valor de la cuota y para la Fundación tuvo un costo de $ 260.000 millones”, explica Prieto.
Agrega que otro de los hitos del año pasado consistió en permitir por un tiempo a sus clientes usar sin costo toda la red de cajeros automáticos del país, con el objetivo de reducir los desplazamientos para controlar la pandemia. Estima que esta medida generó ahorros por $ 15.000 millones .
No obstante, el paquete de acompañamiento impactó los estados financieros, con una fuerte caída de utilidades. El Banco Caja Social pasó de ganar $ 248.478 millones en 2019 a $ 12.480 millones en 2020. Prieto aclara que esto no afectó la solvencia del banco, que a marzo pasado se ubicaba en 19 %, muy por encima del mínimo exigido, al tiempo que sus accionistas decidieron no distribuir utilidades.
Sucursales y App
Si bien desde antes de la pandemia esta entidad tenía una plataforma digital para sus clientes, solo 200.000 la utilizaban, con la coyuntura de aislamientos y cuarentena esta cifra hoy es de 500.000 y las transacciones se han triplicaron por ese canal.
Por eso, el plan de aquí en adelante es seguir fortaleciendo a sus plataformas digitales y su app “Mi pago amigo”, la cual facilita pagos y recaudos. “Estamos trabajado en el desarrollo de capacidades digitales con data y analítica avanzada. Si bien esto implica una oportunidad de crecimiento, también tenemos claro que la atención en oficinas seguirá siendo clave. Las sucursales no se van a acabar, pues el asesoramiento funciona mejor de manera presencial”, subraya Prieto.
Otra de las áreas en donde este banco quiere seguir consolidándose es la hipotecaria. El año pasado prestaron casi $ 900.000 millones para vivienda, de los cuales 74 % fueron para Vivienda de Interés Social (VIS). Su apuesta estuvo en extender por su cuenta el subsidio a la tasa que otorga el Gobierno por los primeros 7 años del crédito. De ahí en adelante, el banco le mantiene ese subsidio al cliente, pues tiene claro que, si no lo hace, al deudor hipotecario se le sube la cuota 30 %. Este apoyo lo planean mantener para los créditos que aprueben en 2021.
Así mismo prevén seguir creciendo en desembolsos a micro, pequeñas y medianas empresas, a las cuales el año pasado les otorgaron créditos por $ 402.000 millones, $ 725.000 millones y $ 286.000 millones, respectivamente.
En enero de 2021 se cumplieron 110 años de la fundación del Círculo de Obreros junto con una caja de ahorros, por parte sacerdote Jesuita José María Campoamor, lo cual le dio vida al Banco Caja Social. Si bien este año sus directivas aún ven con incertidumbre lo que pueda venir, por ahora tienen un buen balance para el primer trimestre tanto en lo que respecta al crédito como a la calidad de la cartera.
Justamente, muchos analistas han previsto un deterioro en esa calidad, lo que implica una mayor morosidad, debido al desempleo y a la crisis económica, pero hasta enero de este año -según las cifras de la Superfinanciera- la cartera morosa del Banco Caja Social se mantenía en 4,8 % del total, por debajo del 5 % que registran en promedio los bancos nacionales.
“Claramente vamos mejor de lo previsto. Somos optimistas, pero sin levantar los pies de la tierra”, puntualiza Prieto.