Aún si el Gobierno le pone el acelerador a la transición energética podría no poderse pasar del todo la página de los hidrocarburos. La idea de quitar la pieza del rompecabezas que ponen en Colombia el gas y el petróleo es algo que despierta una fuerte polémica en el país, puesto que, las cifras, por ningún lado parecen dar.
El debate volvió a encenderse en el Foro Petróleo y Gas que adelanta la ACP (Asociación Colombiana de Petróleo y Gas), en el que el discurso de Francisco Lloreda, presidente del gremio, arrancó ratificando su posición de defensor de la industria petrolera.
El líder gremial manifestó la necesidad de que se ponga sobre el tapete que transición energética justa es un concepto que también debería incluir el mensaje, según el cual los países que más emiten gases de efecto invernadero, responsables del cambio climático, deben ser los que más se den la pela, y no solo llevar a que los demás países sacrifiquen su desarrollo, pues “se pone en riesgo la calidad de vida de los ciudadanos”.
No en vano, Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, puso en el debate las cifras del sector hidrocarburos, las cuales parecen difíciles de reemplazar. El 57 % de las exportaciones en Colombia depende de esta rama de la economía, lo que implica que seis de cada diez dólares que le entran a Colombia dependen del sector minero energético.
En el abanico de la economía, la Inversión Extranjera Directa (IED) también está en la palestra, pues los combustibles son la tercera parte de las inversiones que provienen de fuera. Inclusive, Mejía destacó que en los últimos tiempos, esta participación subió.
En consecuencia, Por ahora, la sostenibiliad de las cuentas eternas del país y las fiscales dependen de los hidrocarburos.
Y no es todo, al decir de Mejía, una transición energética que no sea gradual -a décadas-, también afectaría el mercado laboral, pues la rama minero energética es una de las que más formaliza el empleo.
Así las cosas, hasta para que Colombia logre avanzar de ser una nación de ingreso medio a una rica, se requieren los hidrocarburos. “Avanzar hacia país rico implicará subir el consumo per cápita de energía por habitante”, lo que por ahora no se ve tan posible de reemplazar pronto con otras fuentes energéticas menos contaminantes.
La ANH dio cifras
En medio de la defensa de las cuentas a favor de una transición energética no tan rápida, la directora de la ANH (Agencia Nacional de Hidrocarburos), Clara Liliana Guatame, sustentó la energía como un bien común y mencionó que hay una asignación presupuestal de 640.000 millones de pesos para ejecutar en 4 años, en pro de la transición energética.
Por ahora, la ANH administra 325 contratos que se encuentran vigentes. “La ANH ha implementado el proyecto ‘Estrategia Territorial del sector de Hidrocarburos’, la cual se basa en el fortalecimiento de las entidades del Estado que por competencia deben atender las diferentes situaciones que se presentan en las regiones donde se desarrollan actividades del sector de hidrocarburos”, dijo Guatame.
Por su parte, Mejía mencionó que el costo de reemplazar carbón y gas, de acá a 2035, costaría 163 billones de pesos.
Guatame puso cifras, según las cuales, en el país se están produciendo 765.000 barriles por día de aceite de petróleo, el 30 % corresponde a centrales de ANH, el 39 % proviene del llamado recobro mejorado (el que se usa para extraer el petróleo remanente de los yacimientos a partir de la inyección de distintos tipos de fluidos como agua y gases, cuando la presión no es suficiente para que el hidrocarburo fluya con facilidad).
La directora de la ANH también mencionó que se producen 1050 metros cúbicos por día de gas, principalmente en los campos del pie de monte y de La Guajira. Y puso en el debate también el abono del camino para los proyectos de transición energética.
Pero el consenso general es que todas las fuentes de energía tendrán que convivir. Así lo sostuvo la exministra María Fernanda Suárez, quien, por demás, llamó la atención sobre el tema del gas, pues en Colombia se consume el 100 % de lo que se produce, lo que implica que las reservas se están agotando. Así las cosas, la expectativa está puesta en el informe que dará a conocer la ANH, en ese sentido, lo que será en este mes de mayo. Después de eso, el discurso sobre la transición energética seguramente será otro.