En Colombia, el caso Reficar ha sido uno de los escándalos de corrupción más sonados en la historia reciente del país y el más reciente capítulo de esta historia se vivió el pasado 8 de junio, cuando se produjo un avance significativo en este caso, luego de que Ecopetrol anunciara que la Cámara de Comercio Internacional falló a favor de Refinería de Cartagena (Reficar) en un proceso arbitral en contra de Chicago Bridge & Iron Company (CB&I), la empresa constructora de la refinería.
El conflicto en cuestión se originó en el marco de un contrato de ingeniería, procura y construcción (Engineering, Procurement, and Construction Contract o Contrato EPC) suscrito entre Reficar, una filial de Ecopetrol, y CB&I para la expansión y modernización de la refinería ubicada en la ciudad de Cartagena.
Este contrato, que en su momento representó un proyecto de más de 1.400 millones de dólares, buscaba ampliar la capacidad de procesamiento de combustibles de Reficar de 80,000 a 165,000 barriles diarios.
El proceso arbitral se inició en marzo de 2016, cuando Reficar presentó una solicitud de arbitraje alegando que CB&I había incumplido sus obligaciones en la planeación y ejecución del contrato y luego de varias jornadas, el Tribunal Arbitral, en una decisión unánime, confirmó la responsabilidad de CB&I en este incumplimiento y ordenó que la empresa constructora pagara más de mil millones de dólares a favor de Reficar, además de los intereses acumulados desde el 31 de diciembre de 2015.
La constructora de Reficar se pronunció
En un reciente pronunciamiento, CB&I mostró una respuesta esta decisión, la cual ha sido de objeción y desafío. La empresa expresó sus objeciones y desafíos al Laudo Arbitral, alegando que este requeriría que CB&I pague más de sus ingresos totales en virtud del contrato y más de lo que el proceso administrativo interno de Colombia, llevado a cabo por la Contraloría, determinó que debían más de 20 partes relacionadas, incluyendo a CB&I, así como a individuos asociados con Reficar, Ecopetrol y otras terceras partes.
“A pesar de los procesos legales y de reestructuración en curso que cancelaron ciertas reclamaciones relacionadas con el arbitraje y la Contraloría, McDermott espera continuar trabajando con Reficar y sus asesores para responder preguntas y proporcionar información financiera en busca de una solución entre las partes”, indicó esta firma por medio de un comunicado.
Es relevante señalar que CB&I fue adquirida por McDermott en 2018, una vez finalizada la obra de modernización de Reficar y durante el proceso de arbitraje en curso contra CB&I. McDermott, a raíz de las acciones legales y de reestructuración en curso, busca continuar colaborando con Reficar y sus asesores para buscar una solución mutuamente beneficiosa.
“CB&I UK Limited, McDermott International Holdings B.V. y Lealand Finance Company B.V. anunciaron la adopción de planes de reestructuración judicial en los Países Bajos y el Reino Unido, con la intención adicional de presentar una solicitud voluntaria posterior en los Estados Unidos para asegurar el reconocimiento legal de las decisiones de tribunales internacionales”, agregó en su pronunciamiento.
De acuerdo con lo manifestado por la organización, “estas acciones específicas son necesarias para proteger la continuidad de las operaciones de McDermott a nivel mundial, así como para modificar y extender las líneas de crédito a plazo y cartas de crédito con el fin de garantizar la estabilidad financiera a largo plazo y cumplir con otros compromisos”.
¿Se embolató la plata?
El caso Reficar presenta una compleja maraña de eventos que han llevado a un aparente elusivo de responsabilidad por parte de las empresas involucradas y en medio de todo esto, hace unas semanas el medio Primera Página advirtió que la empresa constructora de la refinería, se fusionó con McDermott International en 2018, poco después de que Colombia presentara una demanda contra CB&I.
Esta fusión de CB&I con McDermott International, que supuestamente involucró un intercambio de acciones, plantea interrogantes sobre la capacidad de Reficar y otras partes perjudicadas para hacer cumplir la decisión del tribunal arbitral.
McDermott International, por su parte, enfrentó problemas financieros posteriores a la fusión y se declaró en bancarrota en enero de 2020, citando litigios relacionados con asbesto como una de las razones detrás de esta medida. Esta declaración de bancarrota ha creado un fondo fiduciario para gestionar reclamaciones, pero las preguntas persisten sobre si estos recursos serán suficientes para abordar las demandas relacionadas con Reficar.
Además, CB&I enfrentó acusaciones de fraude bursátil por parte de un grupo de inversores, incluyendo poderosos fondos de empleados estadounidenses, y estas acusaciones añaden otro nivel de complejidad legal a este caso y plantean preocupaciones adicionales sobre la responsabilidad de la empresa en relación con Reficar.