El 2022 fue un buen año para Cerro Matoso y no solo por sus resultados financieros, que estuvieron apalancados por varias inversiones, sino por las definiciones que le permiten asegurar su producción futura.

Cerro Matoso –que hoy fabrica ferroníquel– avanza en sus investigaciones y análisis para entrar de lleno en la producción de níquel para baterías

Cerro Matoso, como explica su presidente, Ricardo Gaviria, más que una mina es un proceso industrial. “Nosotros somos un negocio minero industrial, pero somos mucho más industria que mina. El 10 por ciento de los costos están en la mina y el 90 por ciento están en la parte de procesamiento. Procesamos un mineral que contiene níquel y con eso tenemos un producto final que es ferroníquel, que se utiliza para hacer acero inoxidable y es 30 por ciento níquel y 70 por ciento hierro. Y eso lo ponemos en los mercados internacionales”, explica.

En 2022 la producción fue de 41.800 toneladas y para este año se espera que se mantenga cercana a las 41.000 toneladas. “El año 2022 para Cerro Matoso fue fundamental. Primero, porque cumplimos 40 años de estar operando, un hito muy importante. Segundo, porque a través de unas inversiones que hicimos para aumentar nuestra capacidad de procesamiento, que habíamos acordado en el año 2012 con el Estado colombiano, logramos consolidar la prórroga que va hasta el año 2044”, dice Gaviria. La prórroga la confirmó la Agencia Nacional de Minería.

De acuerdo con él, para esa prórroga era necesario aumentar en 50 por ciento la capacidad de procesamiento y cumplir con el desembolso de recursos para el Estado colombiano.

Para el proyecto destinado al aumento en la capacidad de procesamiento, se invirtieron 42 millones de dólares y para este año el nivel de inversiones estará cercano a los 39 millones de dólares.

Pero, además, en materia laboral, la empresa tuvo otro hito. A finales del año pasado y a principios de este logró acuerdos y firmó, con sus dos sindicatos, las convenciones durante la etapa de arreglo directo por un periodo de cinco años, uno de los más largos en estos procesos de negociación. Los precios internacionales para 2022 fueron “buenos”. “Después de que tuvimos unos años muy complejos entre 2016 y 2017, posteriormente, a raíz de la pandemia, algunas operaciones cerraron. Cuando pasó la pandemia, la demanda subió y ahora que el precio ha aumentado, algunas operaciones de Indonesia, de la China y de otros países, que habían parado temporalmente, están arrancando otra vez. Entonces la oferta aumenta y el precio empieza a descender un poco”, dice Gaviria.

Recuerda que, a mediados de la década pasada, enfrentó precios del orden de 3,40 dólares por libra y se ha llegado a precios de alrededor de 12 dólares. “Son unos rangos altísimos, pero aquí lo más importante al frente de una empresa como esta es asegurar que tiene una estructura de costos ligera, que permite generar cajas positivas cuando los precios están bajos”, asegura.

A mediados de la década pasada, enfrentó precios del orden de 3,40 dólares por libra y se ha llegado a precios de alrededor de 12 dólares | Foto: SEMANA

¿Cómo se enfrentaron el año pasado a tensiones por la alta inflación, las tasas de interés en aumento y la volatilidad del dólar? “Ni las tasas de interés, ni la inflación, ni la devaluación las podemos controlar. Tenemos que estar preparados para eso y nuestro equipo financiero hace permanentemente esos análisis –agrega Gaviria–. En materia de dólar, nosotros vendemos en dólares y tenemos buena parte de nuestros gastos en pesos, por lo que nos favorece”. Pero destaca las dificultades que han tenido en temas logísticos, problemas que –dice él– heredaron de la pandemia y todavía viven con ellos.

“Cuando se requieren algunos suministros, se demoran en llegar o no los tienen listos como en el pasado. Es decir, el lead time es larguísimo. Entonces, eso genera algunas complicaciones”, explica.

Agrega que dentro de las cicatrices que dejó la pandemia, además del tema logístico, está la disponibilidad de suministros. “Hoy, cuando pedimos algunos materiales o repuestos, que antes se ordenaban y en dos o tres meses llegaban, se nos demoran seis meses. Y, además, el mercado está en manos prácticamente de quienes nos dan los suministros. Entonces, tenemos que trabajar con ellos de la mejor manera y asegurar que tenemos unos proveedores que no nos queden mal. Si se planea una parada de una línea, una reparación mayor de 20 días, con inversiones de 3 o 4 millones de dólares y no llegan algunas de las partes, pues de nada sirve que los haya conseguido muy baratos si no los tiene a tiempo”, dice Gaviria.

Cerro Matoso forma parte de South32, una corporación australiana, listada en Johannesburgo, en Australia y en Londres, con una capitalización de mercado superior a los 19.000 millones de dólares. Tiene operaciones en 16 países del mundo, como Australia, Mozambique, Sudáfrica, Brasil, y está en procesos de exploración en Argentina y Ecuador. Avanza en el desarrollo de proyectos de zinc, plomo y plata en el estado de Arizona, Estados Unidos, y unas exploraciones en Alaska. Y uno de sus focos, en el futuro, será el desarrollo de iniciativas en América.

La nueva etapa

Al mencionarse la transición energética, el cobre, el litio o el níquel, entre otros minerales, son fundamentales en el desarrollo de la energía solar, la eólica y hasta los vehículos eléctricos. Sin ellos no hay transición energética. Colombia tiene un gran potencial en cobre porque se ubica en el mismo cordón que viene desde Chile y se mete por la cordillera occidental, especialmente en el Chocó, que aún no ha sido explotado y que será clave en el desarrollo no solo minero, sino económico del país, en especial cuando se buscan sectores que permitan sustituir en el futuro los ingresos que hoy representan el petróleo y el carbón. Además, las grandes mineras están buscando cómo avanzar en el desarrollo de los minerales de la transición, y Cerro Matoso ya avanza en esa agenda.

Colombia tiene un gran potencial en cobre porque se ubica en el mismo cordón que viene desde Chile y se mete por la cordillera occidental, especialmente en el Chocó, que aún no ha sido explotado y que será clave en el desarrollo no solo minero, sino económico del país

“Nosotros producimos níquel, contenido en ferroníquel, y eso se utiliza para hacer acero inoxidable, que sirve para producir turbinas eólicas, paneles solares y suministros en hidroeléctricas. Es decir, no es una cosa novedosa para nosotros. Pero ya entrando en materia de los minerales que se requieren para el tema de baterías, como el níquel, el cobalto o el litio, nosotros sí tenemos proyectos a mediano y largo plazo para pasar de producir níquel, contenido en ferroníquel, a producir un níquel que se puede utilizar para baterías”, advierte Gaviria, quien añade que si quieren seguir operando y mantener los empleos y el bienestar de las familias que dependen de Cerro Matoso: “Tenemos que ir moviéndonos hacia lo que requiere el mercado. Tenemos que ir en estos procesos de transición energética para garantizar que este negocio continúe, porque tenemos esa responsabilidad por esas 50.000 personas, pero de igual manera preparar el territorio para que esté listo cuando Cerro Matoso no exista. Contamos con unos proyectos de inversión social importantes que van enfocados a preparar a la gente del territorio para cuando Cerro Matoso ya no esté”, agrega.

En materia de transición energética, Cerro Matoso está terminando los estudios de prefactibilidad, y se espera que entre los próximos 12 a 18 meses termine los estudios de factibilidad. “Ya con ellos, se revisa la parte económica, las inversiones, la ingeniería. Son unos proyectos interesantes, novedosos, algunos ya están con una tecnología probada. Tenemos algunas alianzas con empresas que ya están trabajando en esto, unas en Brasil, otras en la China, y con ellas queremos desarrollar esos proyectos”, señala Gaviria.En materia de inversiones, se sitúan, al menos en las primeras etapas, entre los 150 o 250 millones de dólares. “Requerimos estabilidad jurídica, un territorio, una jurisdicción donde quieran que esto se haga para poder sacarlo adelante”, puntualiza el presidente de Cerro Matoso.

Unicos sin deducibilidad de las regalías Precisamente, en materia de seguridad jurídica, Gaviria mencionó los alcances de la pasada reforma tributaria, con el polémico punto de la no deducibilidad de regalías. “Es el único país del mundo donde no se puede deducir lo que se paga por regalías. Esperemos que estas cosas no se repitan porque le generan inestabilidad al mercado y le quitan apetito al inversionista de estar en Colombia”, advierte.

Y agrega: “Colombia, desafortunadamente, nunca ha decidido ser un país minero y parece que no lo va a decidir, entonces es complejo convencer a los accionistas de que inviertan acá, pero yo creo que mientras demos los resultados que esperan de nosotros, pues nos seguirán apoyando”.

También destacó el cambio anunciado en el Código Minero. “Tenemos que esperar a ver qué pasa, porque esto también genera algunos niveles de incertidumbre. Creo que sí habrá que hacer alguna reforma al código, sobre todo para los pequeños mineros, la minería artesanal, la minería ancestral, porque no les pueden exigir a estos mineros las mismas condiciones y los mismos lineamientos técnicos de una minería de mayor escala. Hay algunas cosas que se tienen que revisar, pero tenemos que ser juiciosos en el sentido de darles estabilidad a las empresas que ya estamos operando y las que quieran venir”, concluye Gaviria, en un sector clave que debe estar en modo transición energética.