En julio de 2021, el presidente Iván Duque firmó el decreto de “Acceso seguro e informado al uso del cannabis”, con el cual, entre otras cosas, se autorizó la exportación de la flor seca en Colombia.

Esta medida, al constituir una nueva fuente de ingresos para la industria, fue celebrada por los pequeños, medianos y grandes cultivadores, que necesitaban empezar a generar ingresos para que sus operaciones fueran viables y sostenibles.

Sin embargo, pese a contar con el aval regulatorio, aún existen algunos pasos que debe dar el sector antes de poder consolidarse en el competido mercado de la flor seca.

Por esta razón, y para evitar que se generen expectativas comerciales desmedidas, la empresa biofarmacéutica Avicanna señaló los cinco principales retos que debe abordar la industria en el corto plazo. Estos, que podrían tomar entre uno a tres años en surtirse, se dividen de la siguiente manera:

1. Construcción de puentes comerciales: como en toda actividad comercial naciente, es necesario crear demanda, generar confianza y dar a conocer las cualidades del producto. Hasta que esto no pase, no existirán compradores suficientes que generen ingresos para las empresas en el país.

“Invitar a un potencial cliente a conocer los cultivos, enviarle un lote de muestra para que se familiarice con el producto, definir un esquema de precios atractivos y acordar un cronograma de entregas competitivo, son algunos ejemplos de la fase de pedagogía que se debe llevar a cabo. Todo esto, a la larga, deriva en órdenes de compra en volúmenes más grandes”, explicó Lucas Nosiglia, presidente de Avicanna Latam.

2. Consolidar corredores logísticos: la parte logística, que no siempre se tiene en cuenta, es determinante en la decisión final del cliente. Dado que en Colombia apenas se están definiendo estos aspectos, es posible que haya otras naciones que realicen envíos a menores costos y en tiempos más reducidos, lo que afecta el atractivo de los productos nacionales.

Para esto, es importante establecer aspectos como: un sistema de empaquetado universal, un proveedor logístico confiable, un calendario de producción acorde a la demanda y un flujo de trámites legales ágil, entre otros.

3. Marcos regulatorios de países importadores: es sabido que Colombia cuenta con una de las normativas de cannabis más avanzadas a nivel internacional, lo que le da una gran ventaja competitiva; sin embargo, este no es el caso de varios países importadores, que aún enfrentan dificultades regulatorias para poder importar productos a base de cannabis.

Por esta razón, es necesario que las empresas y cultivadores se adapten a la normativa particular de cada país, con el fin de hacer viable sus envíos.

4. Estándares de calidad: otro aspecto, similar al de la normativa, está relacionado con los estándares de calidad en el cultivo y procesamiento del producto que maneje el país comprador, lo cual exigirá inversiones del cultivador colombiano para responder a estos requerimientos.

5. Prácticas de cultivo sostenibles: competir en el mercado internacional de la flor seca no solamente es un aspecto de oferta y demanda, también implica tener presente el componente de sostenibilidad. Múltiples estudios y análisis han demostrado que el consumidor contemporáneo, indistintamente del bien o servicio, prefiere productos elaborados bajo prácticas amigables con el medioambiente.

“Desde Avicanna hemos consolidado un cultivo orgánico con condiciones climáticas óptimas, que garantizan una menor intervención de recursos externos. Este nos permite desarrollar una capacidad productiva eficiente y con altos estándares de calidad, que responde mejor a los objetivos medioambientales”, concluyó Nosiglia.