La industria turística fue una de las más golpeadas en la pandemia y de ese impacto no se salvaron ni las grandes multinacionales, como la cadena estadounidense Marriott. En su operación en América Latina la ocupación cayó en abril de 2020 a 4%, en septiembre de ese mismo año subió a 17% y ya para febrero de 2022 iba en 53%.
Federico Greppi, director financiero y vicepresidente de Operaciones de Franquicia y Relaciones con los Propietarios de la región del Caribe y Latinoamérica de Marriott International, explica que, aunque aún están por debajo de los números de 2019, confía en que a medida que las economías se abran completamente podrán lograr esa meta en 2023.
Pese a las dificultades generadas por la crisis sanitaria, en 2020 Marriott abrió cuatro hoteles en América Latina, pues eran procesos que ya venían andando y salía más costoso parar las obras. Así mismo, con la vacunación y con la flexibilidad de varios destinos en cuanto a la exigencia de pruebas covid y cuarentenas, el turismo en la región se volvió a mover y la cadena logró el año pasado completar 300 hoteles en el Caribe y Latinoamérica, marcando un logro significativo. Ese honor le correspondió al Ritz-Carlton de ciudad de México, el cual está situado en el corazón del centro financiero de la capital mexicana.
Justamente por su cercanía a Estados Unidos y su importante industria turística, Marriott tiene en México su mayor operación regional, pero llama la atención que el segundo lugar lo ocupa Colombia con 19 hoteles y 6 de los 113 que aspiran abrir en la región en el corto plazo. El tercer lugar lo ocupa Puerto Rico.
Greppi explica que la ventaja de Colombia es que ofrece una mezcla de turismo de ocio y negocios. Tan solo en Bogotá tienen 10 hoteles, pero también están presentes en Cali, Medellín, Barranquilla y Santa Marta con sus marcas Marriott, JW Marriott, W, Fairfield Inn (que es el más reciente en la capital de Antioquia), Four Points Sheraton, Courtyard y AC.
En las aperturas que tienen planeadas llegará la marca Moxy a Medellín y será el primero de América Latina. “Es como un hotel W, pero dirigido al mercado milenial, con áreas compartidas grandes y habitaciones un poco más pequeñas. Como se le da mucha importancia a la socialización, en el Moxy de Nueva York, por ejemplo, el check-in se hace en el bar”, precisa Greppi.
Convergencia de factores
Al consultarle a este directivo de Marriot por qué Colombia es su segundo mercado regional, pese a que hay países latinoamericanos con más movimiento de turismo como Perú o Argentina, responde que es una convergencia de factores. “El primero es su estabilidad económica, el segundo es un mercado local importante y que consume bastante en términos de turismo. Y el tercer factor es una oferta turística variada, desde la parte de playa y colonial de Cartagena hasta el tema de negocios de Bogotá, que también tiene bastante movimiento de turismo de ocio”, puntualiza.
Para 2022, Greppi es optimista, pues considera que las limitaciones por covid-19 ya se han superado en toda la región, que además muestra buenas tasas de vacunación. A eso se suma una recuperación de la actividad aérea y crecimiento económico en todos los países de América Latina. Destaca que para Colombia se espera un avance por encima de 4%. También ve con buenos ojos las nuevas tendencias de viaje, que venían represadas desde la pandemia y que ahora se están poniendo al día. “Todo muestra una tendencia para arriba”, insiste.
Su estrategia de negocios no está enfocada en la construcción de nuevos hoteles, pues eso corresponde a los desarrolladores, que luego se unen a la cadena, sino en la atracción de hoteles independientes para que trabajen con sus marcas. Eso lo llaman conversiones y su foco está en ciudades secundarias, pues ya está en las grandes capitales del país. “Ofrecemos marcas collection, que no obligan a poner una habitación con cierta cantidad de metraje y con estándares específicos, así como otras menos exigentes, cuya conversión es más fácil. La ventaja con esto es que pueden mantener la identidad local del hotel y participar de todos los beneficios de la cadena, pues tenemos 160 millones de personas en el programa de lealtad”, explica y agrega que gracias a esa cantidad de personas sus canales de reservas propios generan 74% de las reservas de las marcas de Marriott, lo que implica que no deben recurrir a muchos intermediarios y sale más barato para el hotel conseguir huéspedes.
Hay para todos
Con respecto a la competencia de las plataformas de hospedaje como Airbnb, Greppi dice que hay mercado para todos y que en realidad son servicios complementarios. “En su momento hicimos el análisis cuando Airbnb empezó a operar en América Latina y no hemos visto que nos haya quitado mercado. Lo que pasa es que son clientes distintos. Los hoteles siempre dan estándares de servicio. Son la parte conocida en un destino desconocido y dan seguridad, un tema muy importante para nuestros clientes, que en un 70% son turistas internacionales”.
A la cadena Marriott, que fue creada en 1957, le interesa tener hoteles tanto en zonas urbanas, como en las de turismo de naturaleza y Greppi agrega hay una tendencia que juega a favor de América Latina y es que cada vez hay más personas que quieren viajar con sentido, conectar con la cultura y la historia del lugar. “En Europa es muy difícil encontrar un lugar turístico que antes no la hayan visto millones de personas, en cambio en América Latina hay mucho por descubrir. Este es un continente inexplorado y le apostamos mucho a ese tipo de turistas”, reitera.