Que una nación compre productos a otros países, es decir, que haga importaciones, no es algo malo, ni nada que haya que satanizar. El problema es que los demás territorios nos inunden de sus productos, además, con un dólar al alza, que en los últimos días ha estado por encima de los 4.100 pesos; y sin que Colombia logre vender en la misma proporción, pues los efectos sobre la economía son varios, y fuertes.
Esta nación, en marzo de 2022, registró importaciones por 7.063,4 millones de dólares, según un informe presentado este lunes por el Dane, lo que representa un crecimiento de 43,1 % con relación al mismo mes de 2021.
En el tercer mes del año pasado, las compras colombianas en el exterior eran de 4.934,8 millones de dólares, lo que mostró una recuperación, luego de la debacle que se produjo en 2020, la covid-19, cuando el mundo estaba entrando en plena crisis y el comercio exterior prácticamente se vio paralizado por los cierres de fronteras para tratar de contener la propagación del virus.
Este documento del Dane muestra que el aumento de las importaciones se debe al incremento, en 35,5 %, del grupo de manufacturas, lo que quiere decir que se están importando insumos a granel o productos terminados de la industria, y eso conduce al encarecimiento de esta clase de mercancías en el mercado local.
De hecho, de acuerdo con las cifras entregadas por la entidad, las importaciones de manufacturas participaron con 73,7 % del valor total de las colombianas en el periodo medido.
Alimentos también se compran afuera
Un segundo grupo de productos que aumentaron las compras de Colombia, a los países con los cuales tiene relaciones comerciales, es el de los insumos agropecuarios, alimentos y bebidas, que creció en 15,8 %.
Este segmento en particular es preocupante, pues los ciudadanos podrían vivir sin comprar ropa, celulares, computadores, que es lo que produce la industria y para lo cual hay que importar; pero no se puede dejar de comer.
El tercer renglón con mayores incrementos en importaciones es el de los combustibles y productos de las industrias extractivas, que tuvieron una variación de 10,4 %; mientras que en otros sectores, el aumento de compras a países fue de 0,2 %.
¿Qué estamos comprando?
Un hecho que se observa en las cifras de importaciones de Colombia es que la industria está comprando maquinaria y equipo de transporte (aumento de 42,8 %), lo que podría resultar positivo, si ese comportamiento obedece a la intención de aumentar la producción en el país.
Entre tanto, también se está importando mucho en el segmento de químicos y conexos, que subieron en 30,7 %.
Por el lado de los combustibles, lo que más está demandando Colombia de sus socios comerciales, en marzo de 2022, es petróleo, productos derivados del mismo y productos conexos, segmento que creció en 186,7 %.
Y en el caso de las importaciones agropecuarias, alimentos y bebidas, el país compró 1.112,7 millones de dólares y lo que más se está trayendo son productos alimenticios y animales vivos (41,3 %).
Hay que recordar que si Colombia compra en el exterior más de lo que vende, a los países con los cuales mantiene relaciones comerciales, se produce un desbalance en la cuenta corriente de la nación que es riesgoso para la economía.
Una explicación sencilla del efecto que tiene ese desbalance, la hicieron los expertos de la firma Gerencie y, según ellos, “un país, como una familia o una empresa, obtiene ingresos e incurre en gastos y pagos, en este caso, respecto al intercambio de bienes y servicios al exterior, ya que los países exportan e importan, lo que afecta su cuenta corriente, que puede ser deficitaria”.
Agregaron que “la cuenta corriente es un indicador económico dentro de la balanza de pagos que recoge los flujos comerciales de bienes, servicios, ingresos y pagos que se hacen desde un país al exterior y viceversa, y ese balance puede ser deficitario. Los países intercambian entre sí productos y se crea la cuenta corriente que lleva el control de esas transacciones, con entradas y salidas. Como cualquier cuenta bancaria, existen débitos y créditos, lo que al final deja un saldo que puede ser negativo y positivo, lo que refleja la estabilidad económica del país”.
Así que importar es bueno, pero si se mantiene el equilibrio con la exportación.