A los colombianos les gusta mecatear y comer galguerías y ni las campañas contra la comida ultraprocesada, ni la pandemia modificaron ese hábito. La gran transformación que se dio durante las cuarentenas es que muchos hogares cambiaron el consumo de los paquetes individuales de papas fritas, maní, chicharrones y platanitos por los paquetes familiares.
Así lo confirma Carlos Pacheco, director Comercial en Colombia de PepsiCo, una de las grandes firmas productoras de este tipo de alimentos y que es dueña de marcas muy reconocidas en el país como Margarita y Detodito. “El cambio hacia el consumo del tamaño familiar para compartir en casa, se dio porque las personas no podían salir, pero ahora volvieron los tamaños personales, sino que eso haya implicado una caída del producto familiar, lo cual explica parte del crecimiento que ha tenido esta industria”, aclara.
El ranking de Dinero de las 5.000 empresas grandes del país evidencia que las 24 mayores productoras de pasabocas vendieron el año pasado 5,6 billones de pesos, lo que implica un crecimiento promedio anual de 21,8%. En ese grupo, el primero lugar lo ocupa PepsiCo, que facturó 1,3 billones.
Pacheco también señala que otro gran cambio en el mercado está en el paladar de los consumidores colombianos, que cada vez demandan más productos picantes. En su caso, la apuesta está con la plataforma Flamin hot, que incluye sus marcas Margarita, Doritos, Detodito, Cheetos y Manimoto. El consumo de los pasabocas picantes ha crecido 12%, lo que es llamativo, pues Colombia aún está muy atrás en materia de picante frente a mercados como México o Estados Unidos.
Precisamente, con esa misma apuesta hace pocos meses Bimbo, que está aumentado su oferta de pasabocas, trajo al país su marca Takis. Estos son una especie de pequeños tacos enrollados, que vienen en paquetes, son súper picantes y tienen una alta aceptación entre el público juvenil.
En general, este tipo de productos registran altos niveles de grasas saturadas, sodio, colorantes y aditivos, pero los industriales aseguran que están trabajando para reducir este tipo de componentes. Señalan igualmente que hay un público interesado en este tipo de indulgencias y su meta es bajar ese tipo de ingredientes sin afectar el sabor.
Más inversiones
Este 2022 y pese a la alta inflación, las ventas de pasabocas se mantienen al alza. En el caso de PepsiCo, su idea es seguir creciendo gracias a que recientemente inauguraron una planta en Guarne (Antioquia) y que ahora es la más grande que tienen en el país. En ella invirtieron 90 millones de dólares y tienen 13 líneas de producción, lo que implica que en Guarne fabrican más de 50 % de lo que venden en Colombia.
“El impacto también es grande en materia de empleo, pues son 700 personas en la planta y en la demanda por productos agrícolas en la región. Esperamos fomentar la producción de más 30.000 toneladas”, explica Pacheco. Agrega que la eficiencia de sus procesos productivos les ha servido para enfrentar las recientes fluctuaciones del precio de la papa, que es uno de los productos que más compran.
Con respecto a los desafíos para la industria de pasabocas, el directivo de PepsiCo, multinacional que tiene 71% del mercado de papas fritas en el país, dice que lo primero que viene es el proceso de etiquetado, que ya comenzaron a implementar y que esperan tener en todo su portafolio para finales de septiembre.
El etiquetado frontal de advertencia busca proporcionar información sobre el contenido nutricional de los productos comestibles, Pacheco dice que probablemente tendrá un impacto inicial en el consumo por una migración a productos más saludables, pero que luego se estabilizará. Otro desafío está en lo que se defina en la reforma tributaria que se tramita actualmente en el Congreso con respecto a impuestos a la comida ultraprocesada.
“Estamos pendientes de discusiones para poder aportar y poder seguir creciendo en nuestro aporte al país”, señala Pacheco al informar que generan 4.000 empleos en Colombia y que cada vez están más enfocados en contratar jóvenes recién salidos de las universidades. Actualmente, el 50% de sus trabajadores son millenials.
El peso local
Colombia es el tercer país de la operación de PepsiCo en América Latina, detrás de México y Brasil. La mayoría de su producción es para consumo local, solo importan algunas referencias de galletas y han exportado la marca Detodito.
Aunque han aumentado sus ventas digitales, en el país las tiendas siguen siendo su principal canal de comercialización. El canal que no se ha recuperado tras la pandemia es el de máquinas dispensadoras o vending machines.