Así como la pandemia trastocó muchas de las costumbres de los colombianos, ahora la pospandemia sigue dando giros al comportamiento de las personas con el consumo. Por ejemplo, si en los días sin IVA de 2020 compraban electrodomésticos a granel, en los de este año ya se les pasó la fiebre. Ahora prefieren gastar la plata en vestuario, segmento que, junto con juguetería y librería aumentó 9 veces en la tercera jornada de descuento tributario, en comparación con lo que consumíamos en un día normal.
Esa tendencia obedece no solo a la Navidad, que es temporada habitual para estrenar ropa. También se debe al retorno a las actividades cotidianas, por lo cual, ya no se puede andar en ropa y chanclas, como se había durante la época en que se permitía teletrabajar.
Si el año pasado las personas gastaban sus recursos en adquirir bienes, principalmente alimentos y productos de aseo, ahora se desbocaron demandando servicios: hoteles, restaurantes, viajes.
Así lo evidencia un nuevo estudio presentado por el área de investigaciones del BBVA, en el que se demuestra, ahora con números, lo que ha venido reflejando la economía: “el consumo ganó relevancia con la pandemia y se mantendrá con una participación elevada en los próximos años”. Tanto así que, si antes, por cada 100 pesos que crecía la economía, el consumo de los colombianos ponía 68, ahora son 74 de cada 100 pesos.
Las salidas ya no son los fines de semana
En dos años, la transformación ha sido notoria. Ya no son los fines de semana los días en los que todo mundo sale en avalancha a demandar bienes y servicios. Ahora, los ciudadanos prefieren los jueves y viernes para salir a hacer sus gastos, mientras que en los sábados se registra una reducción de público en los establecimientos comerciales. La situación puede deberse a esta primera temporada en la que las personas, que habían permanecido en sus casas, saliendo con mesura, ahora buscan aprovechar la ‘libertad’.
Usan más productivamente el internet
El uso de servicios digitales, tanto desde la percepción como de las cifras, está volando. Es más, los investigadores confirman que llegó para quedarse. No en vano, el aumento en el uso del internet se hizo evidente en la pandemia, cuando buena parte de los trabajadores se tuvieron que quedar en casa para seguir con su actividad. Si bien continúa siendo un servicio para el entretenimiento, ahora se utiliza de manera más productiva: actividad laboral, diligencias bancarias, compras, consultas, temas relacionados con la salud.
Es así como, las estadísticas de participación del consumo pasaron de 33 % antes de la pandemia, a 55 % a finales de 2020. Por ciudades, las diferencias son abismales. Evidentemente, el liderazgo lo tiene Bogotá, con 71%, seguida de Medellín, con 67%.
Los hombres compraron menos y las mujeres los alcanzaron
Según los hallazgos del estudio, “la brecha en el consumo entre hombres y mujeres se redujo, gracias a una disminución más intensa de la compra media de los hombres. Segundo, por sectores, la compra media total en entretenimiento, artículos para el hogar, aerolíneas y agencias de viaje se redujo, en electrodomésticos, librerías y artículos deportivos aumentó, mientras que en los demás sectores se mantuvo similar”.
El llamado low cost o bajo costo se posicionó y permanecerá más allá de los años de la recuperación de la economía. Su relevancia pasó de 17 a 22 %.
Tendencias que se quedan
1. La gente está anteponiendo el consumo al ahorro. ¿Será producto de ese ‘no dejes para mañana lo que puedes gastar hoy’ que dejó la pandemia, luego de la alta mortalidad que ha causado la covid, con la cual, casi no quedó una sola familia sin experimentar la pérdida de un ser querido.
2. Bogotá perdió importancia. La gran capital ya no es el foco. Antes, todo mundo corría para el centro del país en busca de oportunidades. Con la potencialización de la era digital, más la posibilidad que tuvieron miles de personas, de ir a pasar las cuarentenas en sitios cercanos a los lugares habituales de residencia, les dieron un cambio de perspectiva. “La masa salarial disminuyó 2 puntos porcentuales. Se está descentralizando el gasto. Los pueblos están emergiendo, indicaron los investigadores.
3. Más casas que apartamentos. A partir de la pandemia, las personas se están inclinando más por las casas, tendencia novedosa, teniendo en cuenta que 15 años atrás, eran los apartamentos los que reinaban.
4. La oportunidad para las regiones. El estudio señala que la pandemia profundizó un fenómeno que ya se estaba dando en el país: la mayor importancia de las regiones diferentes a las capitales de los departamentos. Esto llevará a una gradual descentralización del gasto total de los colombianos, si bien las principales ciudades mantendrán la mayor proporción del gasto.
Otro hallazgo que se evidencia en el estudio es que el gasto promedio de cada compra aumenta progresivamente con la edad, excepto en agencias de viaje y otros servicios relacionados con el turismo, los cuales tienen compras medias elevadas entre los más jóvenes.