Desde los 14 años, José Hernández es artesano de la caña flecha en su natal Tuchín, Córdoba; pero, cuando creció y se volvió profesional, optó por convertir el oficio familiar en un emprendimiento al que bautizó SombVueltiao. Inicialmente, les vendía a los intermediarios, los que llegaban al comprador final; aunque con las cuarentenas del año pasado, cuando se cerraron todos los comercios, José temió por el futuro de su empresa.
Pese a que para ese momento ya había incursionado en las redes sociales, no las veía como su principal canal de venta, sino como una vitrina adicional. Sin embargo, para no quedarse quieto en medio de la pandemia, decidió aumentar sus publicaciones, en especial en Instagram y Facebook: de una a la semana pasó a casi cinco diarias. En ellas no solo mostraba el proceso artesanal y las familias que trabajaban en sus sombreros, mochilas y accesorios, sino también los cultivos de caña flecha, y el impacto y la tradición que tienen las artesanías en Tuchín.
“Esas publicaciones nos sirvieron para crear una comunidad, que replicaba nuestro contenido dentro y fuera del país y que empezó a impulsar las ventas”, recuerda José. No solo dejaron de venderles a los intermediarios, sino que lograron llegar a los compradores finales en el mejor año que ha tenido la empresa a tal punto que se quedaron sin productos y tuvieron que incluir más familias artesanas como proveedoras de SombVueltiao (superan las 250). Asimismo, empezaron a exportar y ya enviaron sus sombreros a 30 países.
Una historia similar es la de las hermanas Emiliana y Valeria Martínez, quienes crearon en Medellín una tienda de accesorios para mascotas llamada Kinky. Su negocio se triplicó este último año gracias al uso de las plataformas digitales, con las que construyeron una comunidad de más de 77.000 seguidores en Instagram. Esto las llevó a aumentar su nómina en 30 nuevos empleos directos a mujeres cabezas de familia. Además, abrieron su segunda tienda en Medellín, planean una segunda en Guatemala y la primera en El Salvador este año. Igualmente, ya exportan a Estados Unidos, con su lema de vender accesorios para mascotas con estilo.
Juan Pablo Consuegra, director de Facebook para la región andina, asegura que la aceleración digital hoy es fundamental para la recuperación económica, máxime si se tiene en cuenta que plataformas como la suya son cada vez más usadas.
En el primer trimestre de 2019, 32 millones de colombianos entraban al menos una vez al mes a Facebook; en igual periodo de 2021, fueron más de 40 millones, que ya no solo observan fotos y comentarios de sus amigos, sino que compran y están dispuestos a pagar por entretenimiento digital.
“Eso está obligando a las compañías a digitalizarse más rápido, pues ahora pueden acelerar su negocio en tiempos más cortos”, dice Consuegra. En el caso de Facebook, les ofrecen varias herramientas a las Pymes, como Shops (en Facebook e Instagram) y WhatsApp Business. Esta multinacional no da cifras desagregadas por países, pero globalmente hoy sus servicios los usan más de 200 millones de empresas, 40 por ciento más que en enero de 2020.
Igualmente, un estudio de Accenture sostiene que para 73 por ciento de los colombianos WhatsApp es el canal más usado para establecer contacto con negocios locales. Estas cifras, así como los casos de SombVueltiao y de Kinky, demuestran que las redes sociales pueden ser mucho más que un ‘me gusta’.