Corficolombiana es el brazo del Grupo Aval, uno de los más grandes conglomerados financieros del país, en el sector real de la economía. Está presente en negocios clave, como energía y gas, infraestructura, agro y turismo.
De hecho, su matriz de negocios coincide con varias de las prioridades del Gobierno del presidente Gustavo Petro: la transición energética, la agricultura y el turismo como nuevos pilares del aparato productivo nacional, así como la recuperación de los ferrocarriles y la navegabilidad en el transporte.
2022 fue un gran año para la empresa. “Al país le fue bien y a Corficolombiana también”, dice María Lorena Gutiérrez, presidenta de la compañía. Y mide los resultados desde otra óptica: el valor económico generado. “Generamos 11,3 billones de pesos en esta medición. De esto, pagamos 5,5 billones a nuestros más de 18.500 proveedores, 738.000 millones de pesos a nuestros 25.000 colaboradores y giramos 1,97 billones de pesos en impuestos”, agrega Gutiérrez.
Las inversiones en 2022 ascendieron a 1,4 billones de pesos. De esos recursos, 630.000 millones se destinaron a infraestructura y 785.000 millones a gas; el resto se fue para agro y turismo. En infraestructura avanza en la terminación de tres concesiones de 4G: Bogotá-Villavicencio, Pacífico I –con una gran complejidad en la topografía, y cuyo avance está en más del 92 por ciento– y Villavicencio-Yopal, con una ejecución del 81 por ciento.
En gas, en 2022 conectó a más de 450.000 personas y desarrolló un programa de financiación no bancaria para los usuarios de este servicio, en el que han movilizado más de un billón de pesos en créditos para una población que, en muchas ocasiones, no es sujeto de crédito o cae en manos de los gota a gota.
En agro, cuenta con cultivos de arroz y maíz, en el Tolima, y en los Llanos Orientales de caucho y palma. “En caucho estamos exportando producto ya certificado, para la industria de llantas, tanto de aviones como de carros, y la palma tuvo un año muy bueno en el campo internacional”. Y, con Hoteles Estelar, venía de una época de pandemia en la que el sector estuvo cerrado y, en ese contexto, los accionistas decidieron preservar los empleos y no sacar a nadie. Ahora, el sector viene recuperándose y ha llegado a los niveles de ocupación de 2019.
“Nuestro compromiso es total –asegura Gutiérrez–. Queremos más proyectos y seguir invirtiendo, también queremos seguridad jurídica. Eso es lo mínimo que cualquier inversionista puede pedir para seguir trabajando. Y somos aliados. Nadie puede solo con los problemas de este país”.
Los retos
A pesar de los buenos resultados, estos sectores tienen retos gigantescos. Por ejemplo, en infraestructura, aunque hay disposición del Gobierno por tener nuevos proyectos, con énfasis en ferrocarriles o navegabilidad, todavía el país está muy atrasado. “Se anuncian proyectos, pero no hay ninguno nuevo. Cuando se necesita jalonar la economía, los dos sectores críticos para hacerlo, por el impulso a otras industrias y por la generación de empleo, son infraestructura y vivienda. Y estamos esperando nuevos proyectos. Queremos presentarnos a nuevos proyectos de infraestructura, el país todavía los necesita”, dice la presidenta de Corficolombiana.
Otro desafío relacionado con la infraestructura tiene que ver con el cambio climático. “Y Colombia, más allá de trabajar en el tema de las emisiones, en una ruta de descarbonización, creo que por su topografía –una de las más complejas del mundo–, el mayor riesgo que tiene con el cambio climático son los desastres naturales. No sabemos manejar el territorio”, agrega Gutiérrez.
En gas y energía, para ella el mayor reto ha sido la discusión política. “Todos estamos comprometidos con la transición energética, pero creo que Colombia necesita exploración y explotación de gas y petróleo. Cada vez más vemos informes de reservas que van bajando. Es imposible no hacer una transición gradual. Y yo creo que los mensajes tienen que ser con menos incertidumbre para que la inversión privada esté tranquila”, asegura. El agro se ha visto impactado por los costos de los insumos y la inflación desbordada producto del impacto que han generado la invasión rusa a Ucrania y los rezagos que quedaron de la crisis logística posterior a la pandemia.
En el tema hotelero, las inquietudes que tiene Gutiérrez se refieren a que este año está bajando la ocupación en general en todo el país porque la capacidad de consumo de los hogares ha disminuido. “Además, con la reforma tributaria se les pusieron otra vez impuestos a los temas hoteleros y a los tiquetes, y las crisis de las aerolíneas afectan también al turismo, sobre todo en ciertos niveles de la población”, asegura.
Considera que el turismo tiene un potencial grande, en especial el ecoturismo, pero se necesita infraestructura. “Colombia tiene unos sitios fascinantes, pero necesitamos desarrollar los insumos básicos. Montar hoteles en sitios donde no hay, aeropuertos, carreteras y servicios públicos”, señala Gutiérrez. Entre tanto, en el tema de agro, considera que se necesita gerencia para poder sacar todas las buenas ideas adelante.
El entorno para este año está enmarcado en un escenario de desaceleración de la economía. Sin embargo, el sector productivo ha tenido que enfrentar grandes complejidades: una inflación que, si bien ha cedido, sigue lejos del rango meta del Banco de la República, un dólar volátil y las altas tasas de interés. “Es interesante porque en varios reportes que he visto de las empresas, en casi todas crecen los ingresos; es decir, vendieron más; pero los resultados netos en utilidad no crecieron porque sus costos aumentaron. Costos relacionados con los insumos, con el mercado laboral y el financiamiento”, explica Gutiérrez.
Corficolombiana tiene en sus planes invertir 1,5 billones de pesos en 2023. “Hay mucha incertidumbre con el tema de las reformas. Muchos mensajes. Siempre he dicho que aquí lo que se necesita son mensajes claros, confianza entre todos los actores del sistema”, advierte.
Para los próximos meses, la expectativa estará centrada en la aparición del fenómeno de El Niño y el impacto que pueda tener en la inflación y el crecimiento. El área de investigaciones económicas de Corficolombiana advierte que si este fenómeno es intenso, podría aumentar la inflación en 1,2 puntos porcentuales. Para Gutiérrez, en materia de energías las termoeléctricas se están preparando y Colombia hoy, a diferencia de hace unos años, cuenta con una planta regasificadora en Cartagena para atender la generación de energía.
“Estamos en un momento crítico. Pero creo que contamos con algo de seguridad energética con las termoeléctricas que funcionan con gas, y eso le da tranquilidad al país”, dice Gutiérrez.
Sin embargo, su mayor preocupación es la seguridad y el orden público. La economía tiene ciclos que permitirán su recuperación, enmarcada en tendencias globales; las reformas pueden ajustarse y consensuarse, pero la seguridad es un tema fundamental. “Al perder el control territorial es difícil recuperarlo. Eso toma años, y para los colombianos la seguridad es un valor fundamental para poder hacer negocios y vivir”, concluye Gutiérrez.