La famosa vía 4G proyectada en el sur del país, conocida como Mulaló-Loboguerrero, por las áreas geográficas que pretende conectar, se ha vendido como un sueño que hasta ahora ha sido inalcanzable.
Con cinco túneles, 47 puentes vehiculares, 4 puentes peatonales, 4 intersecciones y, por supuesto, el inevitable peaje para la recuperación de las inversiones, este proyecto sigue en veremos, en medio de mayúsculos enredos que terminaron por sacar corriendo al concesionario, que ahora clama por una respuesta de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), ante la cual solicitaron la reversión y la liquidación del contrato.
De acuerdo con las explicaciones entregadas en SEMANA por Miguel Vargas, gerente general de Covimar (Concesionaria Nueva Vía al Mar S. A. S.), llevan más de 4 años enfrascados en una situación que se configuró como “Fuerza Mayor Ambiental y de un Evento Eximente de Responsabilidad”. Eso no es más que ‘vía libre para proceder a lo que, efectivamente hizo el concesionario: acudir a la causal de terminación anticipada del contrato, luego de lo cual pidió a la ANI proceder a dar inicio a la etapa de reversión del contrato. No obstante, no obtienen respuesta acerca de cómo va ese proceso.
Según expresó Vargas, hasta el momento, además del desgastante proceso que han adelantado, resolviendo dificultades, ajustándose a los requerimientos de la autoridad ambiental, ya llevan invertidos 298.000 millones de pesos en fondeo de estudios, interventorías y gastos similares, mientras el despegue necesario para el inicio de la obra sigue en total incertidumbre. Esto, pese a que la licencia ambiental fue otorgada finalmente, pero de nuevo está sujeta a que se resuelva un recurso de reposición que volvió a interponer la comunidad para que no se modifique el trazado de la obra y sea negada la licencia.
El 1.° de julio de este año acudieron a un Panel de Amigables componedores para buscar una salida a la controversia. Desde entonces han dirigido cinco cartas a la ANI en busca de una respuesta, sin que hasta el momento la hayan obtenido.
Una obra que lleva una larga espera
La vía Mulaló-Loboguerrero ha sido parte de todo un rosario de promesas. El desplazamiento rápido y seguro desde Cali hasta el Puerto de Buenaventura, tema clave para el comercio y el empleo, está en el tintero desde tiempo atrás. El nuevo retraso que habrá ahora, mientras se resuelven todos los tropiezos que hay en camino para volver a tener un nuevo ejecutor, podría volver a tardar meses, incluso años, que se sumarían a los ya pasados. Hay que recordar que los estudios para esta obra empezaron en 2008. Siete años más tarde, en 2015, se abrió la licitación para construir el tramo Mulaló-Loboguerrero, como parte del llamado paquete de 4G del gobierno de Juan Manuel Santos. Hasta el sol de hoy, nada despega.