En medio de la contracción que vive el comercio en el país, que junto con la industria son las dos actividades económicas que no levantan cabeza, siguen las apuestas de los empresarios y la inversión extranjera. Una de las más recientes es la de Piccadilly, una marca brasileña de calzado femenino, la cual recientemente abrió su primera tienda en Colombia, específicamente en Bogotá.
Este nuevo establecimiento representa la primera incursión de la compañía en el mercado colombiano y se convierte en la octava tienda de Piccadilly en América del Sur, aumentando a 41 el número total de sus tiendas internacionales.
La historia de Piccadilly comenzó en 1955 cuando Almiro Grings fundó la empresa en la ciudad de Igrejinha, en Rio Grande do Sul, Brasil. A lo largo de más de 55 años, la marca ha ganado un lugar destacado en la industria del calzado, expandiéndose a los cinco continentes.
La apertura de la tienda en Bogotá ha significado una inversión significativa y forma parte de un ambicioso plan de expansión que incluye la apertura de más tiendas en Colombia y futuros establecimientos en Ecuador, Filipinas, México y Perú a lo largo del año. Según Bruna Kremer, Gerente de Exportaciones de Piccadilly, “Colombia fue elegida estratégicamente por su gran potencial y desarrollo en el sector minorista”.
Desde hace 15 años Piccadilly seleccionó a Calzatodo como su socio estratégico en Colombia. Esta colaboración ha demostrado ser fructífera. Ana Cristina Angel, Gerente de Compras y Desarrollo de Producto de Calzatodo comentó que, “la experiencia con los productos Piccadilly en nuestras tiendas multimarca ha mostrado un progreso significativo en sus colecciones”.
La tienda de Bogotá ofrecerá las mismas colecciones de productos vendidos en Brasil, ahora con una gama más completa al tratarse de una tienda licenciada. Dada la diversidad cultural y climática de Colombia, Piccadilly usará este primer momento como un indicador para afinar su oferta en el país.
De capa caída
Pese a que las tasas de interés están bajando, el comercio minorista sigue en terreno negativo. El más reciente reporte del Dane indica que de enero a abril de 2024, sus ventas decrecieron 3,3 % anual. En este periodo, once líneas de mercancías registraron variaciones negativas en sus ventas reales, mientras que las ocho líneas restantes registraron variaciones positivas.
Las líneas de mayor contribución negativa al comercio fueron otros vehículos automotores y motocicletas, repuestos, partes, accesorios y lubricantes para vehículos, y prendas de vestir y textiles, aportando en conjunto -2,2 puntos porcentuales, mientras que la principal contribución positiva se registró en la línea de Electrodomésticos, muebles para el hogar con 0,2 puntos porcentuales.
El sector de calzado, artículos de cuero y sucedáneos del cuero también tiene un registro negativo de 6,7%.
Un informe del equipo de Investigaciones Económicas y Análisis de Mercados del Banco de Bogotá señala que el inicio del segundo trimestre del año para el comercio minorista continuó débil al completar catorce meses consecutivos de caídas anuales. Incluso, el resultado de abril sorprendió al consenso de analistas toda vez que, mientras se preveía un crecimiento anual de 1,8%, sostenido en la mayor cantidad de días laborales respecto a 2023, el Dane oficializó una nueva contracción de 1,6%.
Además, en el corto plazo, los indicadores adelantados aún no dan señales de recuperación para el sector. En mayo, el balance de ventas capturado por la encuesta mensual de Fenalco alcanzó su peor nivel de los últimos 24 años para dicho mes, consolidándose como el nuevo mínimo histórico del siglo XXI. En particular, la diferencia entre los comerciantes que observaron mayores ventas anuales versus los de menores ventas fue de -7%, cuando entre los años 2000 y 2023 esta diferencia solía ser de +43%.