Nada parecido a la crisis financiera mundial de 2008 es la que se vive actualmente, luego del colapso del Silicon Valley Bank, cerrado por los reguladores el 10 de marzo, luego de que los depositantes sacaran miles de millones de dólares. La turbulencia no ha pasado. Es más, aunque termine, las repercusiones se mantendrán en los próximos años, dice Jamie Dimon, CEO de JPMorgan Chase, quien escribe una carta anual que se ha vuelto famosa, y la de 2023 fue publicada este martes.
Según artículo de CNBC, la amenaza continúa latente y “debe abordarse mediante una reinvención del proceso regulatorio”.
Dimon se refirió al panorama que se desató días después de la quiebra del Silicon Valley Bank. Llegó el segundo banco, el Signature Bank, que entró en quiebra y cerró dos días después del primer afectado; mientras que los reguladores suizos negociaron la compra de Credit Suisse por parte de UBS.
Fue así como JPMorgan y otros grandes bancos se movieron rápidamente, e intervinieron a través de 30.000 millones de dólares en depósitos en First Republic, por tratarse de un banco regional por el cual también se temía. No obstante, inversionistas y analistas dijeron que los bancos ‘demasiado grandes’ (caso JPMorgan) se beneficiarían de la crisis, a lo que Dimon hizo alusión en su carta: “JPMorgan quiere fortalecer a los bancos más pequeños en beneficio de todo el sistema financiero”.
Confianza
El experto banquero manifestó que “cualquier crisis que dañe la confianza de los estadounidenses en sus bancos daña a todos los bancos, un hecho que se sabía incluso antes de esta crisis”.
Para Dimon, quien no negó que esta crisis bancaria ‘benefició’ a los bancos más grandes, debido a la entrada de depósitos que recibieron de instituciones más pequeñas, “la noción de que este colapso fue bueno para ellos de alguna manera es absurda”.
El líder de JPMorgan Chase detalló en el hecho de que había una variable desconocida en la red interconectada de la base de depósitos de Silicon Valley Bank. Por lo tanto, “las recientes quiebras de Silicon Valley Bank en los Estados Unidos y Credit Suisse en Europa, y el estrés relacionado en el sistema bancario, subrayan que simplemente cumplir con los requisitos regulatorios no es suficiente. Los riesgos son abundantes y gestionar esos riesgos requiere un escrutinio constante y atento a medida que el mundo evoluciona”.
En su escrito, Dimon pidió una regulación más prospectiva, según señaló CNBC. Y agregó que los bonos mantenidos hasta el vencimiento que se han convertido en problemas para muchos bancos son en realidad deuda pública de alta calificación que obtiene buenos puntajes según las reglas actuales, y que las pruebas de estrés recientes no revelaron un rápido aumento en las tasas de interés.
De acuerdo con lo expresado por el CEO de JPMorgan Chase, “todos estos factores en conflicto se volvieron de importancia crítica cuando el mercado, las agencias calificadoras y los depositantes se enfocaron en ellos”.
Pero, en lo que más enfatizó es en que la regulación debe ser menos académica y más colaborativa, escribió. Además, agregó que “para acelerar el progreso, los gobiernos, las empresas y las organizaciones no gubernamentales deben alinearse en una serie de cambios de política que sean prácticos y que aborden de manera integral los problemas fundamentales que nos están frenando”.
La carta que anualmente escribe Dimon va dirigida a los accionistas y llega después de un año difícil, recordó la publicación de la CNBC, en la que, además se subraya lo dicho por Dimon, en el sentido de que el año pasdo fue desafiante para el mundo, por diversos acontecimientos de efecto mundial, como la guerra en Ucrania y las tensiones geopolíticas con China. No obstante, para el JPMorgan resultó sorprendente, pues, aunque las acciones del banco cayeron un 15 % durante el año calendario, la entidad generó más de 37 mil millones de dólares en ingresos netos.