En un mundo en constante transformación y marcado por avances tecnológicos y cambios socioculturales, la educación en Colombia se encuentra en una encrucijada crucial. Ante la necesidad de formar individuos preparados para enfrentar los retos del siglo XXI, particularmente en el ámbito empresarial, se hace imperativo que las instituciones educativas evolucionen y se adapten a estas nuevas realidades.
La rapidez con la que se desarrollan las tecnologías y los modelos de negocio exige una formación más allá de lo técnico, orientada a la adquisición de habilidades transversales y a la capacidad de abordar desafíos multidisciplinarios. En este contexto, la colaboración entre la academia y el sector empresarial se vuelve fundamental para asegurar que la educación superior en Colombia no solo sea pertinente, sino también un motor de innovación y progreso económico.
No más durante el reciente Congreso de la Andi, celebrado en Cartagena la semana pasada, la ministra de Educación, Aurora Vergara Figueroa, enfatizó el papel esencial que tienen las empresas y las instituciones de educación superior en la configuración del futuro de las regiones colombianas e invitó a las universidades privadas a sumarse a la visión del Gobierno nacional de lograr una cobertura del 100 % en la educación superior en todo el país.
Esta funcionaria resaltó que la relación entre la calidad y la pertinencia de la educación superior y los desafíos que plantea un mundo en constante cambio fueron temas centrales en el panel “Educación y empleo, retos en las apropiaciones tecnológicas y nuevas habilidades”.
Desde la perspectiva de los rectores de las universidades que conforman la alianza de las 4U (CESA, EAFIT, ICESI y UNINORTE), se destacaron diversos desafíos que enfrentan las instituciones educativas colombianas en la formación de talento que esté preparado para abordar los retos actuales y futuros:
Cambio climático y nuevas tendencias: Claudia Restrepo, rectora de la Universidad EAFIT, subrayó la importancia de preparar a las nuevas generaciones para enfrentar desafíos como el cambio climático, las transformaciones en el mundo del trabajo y los retos democráticos. En este sentido, resaltó la necesidad de enfocarse en la calidad de la educación, pero con un enfoque más adaptativo y flexible para satisfacer las necesidades cambiantes de los estudiantes en la era digital.
Transición demográfica: Adolfo Meisel, rector de la Universidad del Norte (Uninorte), abordó el fenómeno de la transición demográfica que impacta a Colombia, donde la población joven disminuye. Ante esta realidad, las universidades enfrentarán una demanda estática. Meisel resaltó la importancia de invertir en la mejora continua de la calidad educativa y de desarrollar programas más amplios de crédito educativo para hacer frente a los desafíos económicos que implica la educación universitaria.
Valor de la universidad en las empresas: Esteban Piedrahita, rector de la Universidad ICESI, destacó el valor agregado que las universidades pueden ofrecer al mundo empresarial. Además de preparar a los estudiantes con habilidades técnicas, Piedrahita enfatizó la importancia de fomentar la reflexión y la capacidad de abordar problemas multidisciplinarios. La formación universitaria debe trascender lo técnico y nutrir la habilidad de abordar los desafíos humanos y éticos que la tecnología no puede reemplazar.
Pertinencia y preparación adecuada: Emilia Restrepo, rectora del CESA, subrayó que uno de los principales retos de las universidades es garantizar que los estudiantes estén adecuadamente preparados y sean pertinentes para el sector productivo. En un mundo en constante transformación, la educación no puede limitarse a los grados académicos tradicionales; es necesario promover un aprendizaje continuo a lo largo de la vida para satisfacer las demandas cambiantes del mundo empresarial.
En este contexto, estos académicos indicaron que es evidente que las universidades en Colombia enfrentan la tarea de alinearse con las dinámicas cambiantes del mundo empresarial y tecnológico. La formación académica debe ser ágil, adaptable y centrada en el desarrollo de competencias transversales que preparen a los estudiantes para los desafíos multifacéticos que presenta la sociedad actual y futura. La colaboración estrecha entre las instituciones educativas y el sector empresarial es esencial para garantizar que los jóvenes cuenten con las herramientas y habilidades necesarias para prosperar en un entorno económico y laboral en constante evolución.
Una de las conclusiones en las que concordaron todos estos expertos, es que ell futuro empresarial en Colombia requiere de una educación superior que trascienda lo técnico y se enfoque en el desarrollo de habilidades críticas y de resolución de problemas. Las universidades tienen el desafío de adaptar sus enfoques educativos para preparar a los estudiantes no solo para los retos técnicos, sino también para los desafíos humanos y éticos.
También resaltaron que la formación a lo largo de la vida se vuelve crucial en un contexto donde la tecnología avanza rápidamente y donde las necesidades de la sociedad y el mercado laboral evolucionan constantemente, razón por la cual, la colaboración entre universidades y empresas es fundamental para garantizar que los jóvenes colombianos estén equipados para enfrentar los retos y oportunidades del mundo que avanza de la mano con la tecnología.