Al oído de los padres colombianos debe llegar la alerta que activó la Superintendencia de Industria y Comercio, en plena temporada de Halloween, a solo unos días de celebrarse la fiesta de los disfraces en Colombia.
La entidad de control abrió investigación contra tres importantes cadenas de comercio, por comercialización de disfraces y máscaras que pueden representar riesgo para los menores de edad.
Dentro de las sustentaciones de la SIC para abrir la investigación a las compañías Dollarcity, Falabella y Éxito, se destaca el hecho de que expenden máscaras que no cuentan con orificios especialmente diseñados para ejecutar el proceso de respiración de forma natural, lo que pone en serio peligro a los menores de edad.
La Superindustria, en el ejercicio de su función de proteger al consumidor, señaló que, luego de realizar las correspondientes averiguaciones preliminares y de evaluar el material probatorio recaudado, encontró mérito para iniciar investigación administrativa, mediante la formulación de cargos a las tres cadenas del comercio.
La SIC dice que pudo establecer que los disfraces para Halloween que encontró en los estantes de estos almacenes, están dirigidos a niños mayores de 8 años. En particular, la autoridad de vigilancia enfatiza en las máscaras que vienen en los paquetes de los atuendos, las cuales podrían considerarse inseguras por cubrir enteramente cabeza y rostro del menor.
“No cuentan con orificios a la altura de la nariz y la boca para ejecutar el proceso de respiración de forma natural”, recalca la SIC. Pero, además, estas piezas de los disfraces tienen amarres en el cuello, lo que no permitiría el retiro fácil del producto en caso de una situación de emergencia.
No hicieron caso
De acuerdo con la información suministrada por la SuperIndustria, las tres cadenas que pasan a ser investigadas, con formulación de pliego de cargos, habían sido destinatarias de órdenes impartidas por la entidad de vigilancia y control, pero, presuntamente, no acataron las órdenes impartidas.
La SuperIndustria recordó la resolución 33 del 9 de enero de 2013, en la que se indicaba, de manera expresa, una prohibición, como medida definitiva de “producción, distribución y comercialización de toda máscara que, independientemente del material en que haya sido elaborada o se pretenda fabricar, obstaculice e impida ejecutar en forma libre y natural el proceso vital de respiración”.
La entidad de vigilancia, en esa oportunidad, había dado las instrucciones de que la medida prohibitiva se debería enfocar, principalmente, en las partes del disfraz que cubren cabeza y rostro; además de los sistemas de cierre basados en ataduras de cordones al cuello, por ejemplo, que resultan una amenaza para la seguridad de los niños.