En el último trimestre de 2021, David Vélez salió a relucir en ‘Forbes’ como el colombiano más rico del país, casilla que logró luego de la entrada de su neobanco, Nubank, a la Bolsa de Nueva York.

Así es el mundo bursátil. La valoración de su empresa, que aún no tiene ni una década desde que salió al aire como un banco digital, creció de manera exponencial, tras la decisión de cotizar en el mercado bursátil.

Alcanzó a valer 45.000 millones de dólares y su nombre registró en ‘Forbes’ con un patrimonio de 10.200 millones de dólares, lo que en ese momento sobrepasaba la fortuna amasada por Luis Carlos Sarmiento Angulo: 9.600 millones millones de dólares, con la cual es considerado como el mayor multimillonario de Colombia.

Una OPA lanzada por el banco digital, considerado como uno de los más grandes del mundo en su ramo, fue responsable de la inyección económica a las cuentas de Vélez. Más de 800.000 inversionistas compraron pequeñas participaciones en la compañía, que tiene un ‘apéndice’ en Colombia, el Nu, liderado por la ingeniera industrial Catalina Bretón.

El posicionamiento de Nubank ha ido de la mano con un lenguaje que se promociona como de transparencia, en parte para contrarrestar la situación frecuente que reclaman los usuarios de la banca tradicional en Colombia: que todo tiene asterisco y no les hablan con claridad a los ciudadanos.

Con el propósito de medir qué tan transparente es el banco digital a la hora de hablarles a los usuarios, los cuales, en diciembre de 2021 ya eran 48 millones, entre los que tiene en Brasil, Colombia y México, fue que llevaron a las dos cabezas visibles de Nubank al polígrafo.

Las preguntas del confesionario

Dentro de las preguntas que respondieron, por supuesto, hay temas de transparencia y de la banca. Pero en medio de una y otra confesión trascendental, como aquella que cuestionó sobre “¿Qué tan fácil es manejar la tarjeta de crédito de este banco?”, se coló una que otra jocosa. En la jornada, David Vélez confesó haber cantado a grito herido las canciones de Shakira, sin que tenga mucho público al frente, claro está.

También confesó que, al igual que millones de personas en el mundo, en este contexto de virtualidad, temporal o definitiva en los trabajos, ha atendido a personajes importantes en reuniones de alto calibre, sin haber pasado por la ducha: en pijama.

Hay que recordar que el polígrafo funciona con un mecanismo que altera el movimiento del corazón cuando la persona dice una mentira.

Catalina Bretón, gerente de Nu Colombia. | Foto: Nubank

En ese sentido, en un momento de la entrevista ante el polígrafo, David Vélez y Catalina Bretón dieron respuestas opuestas, pero el aparato para decir la verdad y nada más que la verdad no se alteró en ninguno de los dos casos: ¿creíste alguna vez que Nubank no iba a funcionar? “Sí”, respondió Vélez, y agregó que tuvo momentos difíciles, realmente complicados. Entre tanto, “No” fue la respuesta de Bretón.

Una pisada de la manguera de la gerente de Nu en Colombia se produjo cuando le preguntaron si le había gustado el final de Yo soy Betty, la fea. “No me acuerdo”, respondió, y el polígrafo le advirtió que no mintiera.

Sea el más grande multimillonario de Colombia o no, la vida cotidiana de David Vélez parece ser tan similar a la de cualquier parroquiano. Y entonces, ¿por qué los seres humanos se enfrascan en tanta polarización?