En Colombia, el mercado laboral, desde hace muchos años, ha seguido una tendencia de precariedad, pese a que se disminuye levemente la tasa de desocupación, como ocurrió en mayo de 2023, según las estadísticas presentadas por el Dane en este 30 de junio.
El desempleo se ubicó en 10,5 % en mayo, mientras que en el mes inmediatamente anterior la cifra era de 10,7 % y en igual mes de 2022, se registraba una tasa de 10,6 %. En otras palabras, no salimos de la zona gris, sin desconocer que, en comparación con la pandemia, ha habido recuperación de empleos.
Pero en el país no faltan las amenazas. Y ahora, en medio de una economía que ha estado más dinámica de lo que se esperaba, se avecina el Fenómeno del Niño, lo que no deja de causar incertidumbre en las distintas actividades económicas.
Sin embargo, lo que más le cobra factura al empleo, sin duda, es la reforma laboral, que, si bien se hundió en su primer intento en el Congreso de la República, volverá a ser presentada en el Legislativo, según confirmó el presidente Gustavo Petro.
Ya en su asomo al escenario público, la reforma laboral impactó el empleo. Así lo evidencia un estudio realizado por Acopi, gremio de pequeñas, medianas y microempresas, que, juntas, conforman el 99 % del tejido empresarial, es decir, concentran la mayor parte de las oportunidades laborales en el mercado laboral formal.
Según los resultados del estudio, suministrado por la presidenta de Acopi, Rosmery Quintero, aunque se están aumentando las formas de contratación más estables (contrato indefinido), la realidad es que, por cada trabajador que se contrata, se despiden tres. “Se está registrando una pérdida de dos empleos en promedio”, argumenta Quintero.
Hay que señalar que la investigación de Acopi está basada en la percepción. Sin embargo, en los datos de desempleo del Dane se observa que la población por fuera de la fuerza laboral aumentó en 166.000 en mayo, mientras que la desocupada se redujeron en 3.000.
¿A qué se debe?
Según argumenta Quintero, “se está dando una reacomodación en nuestra estructura productiva, a lo que hay que sumarle la reconversión tecnológica”.
Pero no es todo, de acuerdo con los resultados del estudio de Acopi, casi el 50 % de empresarios están percibiendo que todos los indicadores fundamentales se están deteriorando. El que más los impacta es la reducción del margen de rentabilidad de su actividad, según dijo el 60 % de los encuestados.
Otro dato que preocupa a la presidenta de Acopi es que el 54,3 % de los empleadores participantes en el estudio, considera que tendrá que hacer una reducción importante en inversiones. Es decir, la generación de empleo en el corto y mediano plazo no estaría garantizada.
Y lo que viene…
Una vez conocidos los datos de desempleo en mayo de 2023, el centro de pensamiento económico Anif, dijo que si bien la tasa del 10,5 % está en línea con lo anunciado por ellos, seguirá la ralentización en la recuperación del empleo. Así las cosas, “creemos que en los próximos meses es probable, incluso, evidenciar un deterioro en la tasa de desempleo, ante una baja dinámica en la generación de puestos de trabajo, lo que convive con pronósticos de desaceleración en la actividad económica. De hecho, en las 13 ciudades principales este efecto ya es claro, pues en mayo de 2023 se observó una tasa de desempleo de 11,2 %, mayor a la presentada en el mismo mes de 2022″.
La noticia alentadora, que surge del informe del Dane, es que se está reduciendo la informalidad, la cual pasó de 57,1 en mayo de 2022, a 55,7 en el quinto mes de 2023. También las mujeres estarían teniendo mayor oportunidad de trabajar, aunque la brecha entre el desempleo femenino y el masculino sigue siendo grande: la desocupación en las mujeres es de 13,2 %, mientras que en los hombres es de 8,4 %. Mucho por hacer, de cara a una nueva reforma laboral.