Mientras el mundo celebra el Día Mundial del Clima y el Día Mundial del Agua, es importante reconocer los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) que enfrentan estos recursos críticos.
La protección y preservación del medio ambiente se han convertido en cuestiones clave para la sociedad, los gobiernos y las empresas. Dada la supervisión normativa y las exigencias de responsabilidad social, es imprescindible que las empresas identifiquen y gestionen los riesgos medioambientales.
Los fenómenos meteorológicos extremos, como huracanes, olas de calor, sequías e inundaciones, cada vez son más frecuentes e intensos como resultado del cambio climático, provocando importantes trastornos económicos, culturales, ambientales y sociales; en resumidas cuentas, un cambio global.
Estos eventos han demostrado que impactan infraestructura, destruyen economías y actividades productivas, e incluso provocan la pérdida de vidas
Riesgos presentes y futuros retos frente al impacto ambiental
Según el Informe de Riesgos Globales 2023, presentado por el Foro Económico Mundial junto con Marsh McLennan en enero de este año, la falla para mitigar el cambio climático está en el primer lugar del Top 10 de Riesgos más probables de ocurrir en los próximos 10 años y en el cuarto lugar de riesgos más probables a ocurrir en los próximos 4 años.
En lo que respecta a la gestión medioambiental, las empresas actuales se enfrentan a más presión que nunca por parte de los organismos reguladores, los inversores, las partes interesadas empresariales y el público en general.
Para Rodrigo Suárez, ESG líder de Marsh Latinoamérica, “la amplitud de los riesgos medioambientales relacionados con la actividad empresarial es amplia. Se pide a las empresas que no solo eviten afectar al medio ambiente como resultado de sus operaciones, sino que también gestionen cuestiones emergentes como nuevos contaminantes, cambios en las normativas, responsabilidad del producto y un entorno cambiante, incluidos eventos meteorológicos más frecuentes y graves”.
La situación se complica aún más debido a que las empresas multinacionales tienen la responsabilidad de cumplir una amplia variedad de normativas a nivel mundial. Las políticas medioambientales pueden variar considerablemente de un país a otro, lo que convierte al cumplimiento en un aspecto muy problemático.
Esto ocurre especialmente en las regiones en las que la responsabilidad por los daños medioambientales tiende a ser bastante alta, como la Unión Europea. Los percances o fallos en la supervisión pueden tener consecuencias devastadoras para los empleados y las comunidades, la imagen pública y los resultados finales de una empresa.
Las empresas, los inversores y diferentes grupos de interés reconocen cada vez más la importancia de los riesgos ESG y los incorporan en sus procesos de toma de decisiones. Al administrar estos riesgos, las empresas pueden proteger su reputación, reducir costos y crear valor a largo plazo para los accionistas. Los inversores también buscan invertir en empresas que prioricen la sostenibilidad y los factores ESG.
El papel de las organizaciones ante esta realidad y cómo poder afrontarla
El involucramiento del gobierno, instituciones y sociedad, además de las organizaciones, es necesario para poder afrontar las consecuencias generadas tanto por el cambio climático como por la escasez de agua en nuestro país y a nivel mundial; considerando que los efectos no pueden ser revertidos.
Aun así, las acciones y estrategias conscientes de hoy, mermarán en las condiciones en las que la gente y organizaciones se desarrollen y operen en el futuro, buscando que sea dentro de un panorama más prometedor que el actual.
En este Día Mundial del Clima y Día Mundial del Agua, comprometámonos a tomar medidas para mitigar los riesgos ESG y proteger estos recursos críticos para las generaciones futuras. Es hora de ir más allá de las palabras y tomar acciones concretas para crear un futuro más sostenible.