Ingresos por 160 billones de pesos, 42,4 billones en transferencias a la nación, 33,4 billones de utilidad neta e inversiones cercanas a los 5.500 millones de dólares resumen lo que puede ser el mejor año en la historia de Ecopetrol: 2022. Además, entregó dividendos que no había registrado de casi 600 pesos por acción.
Se podría pensar que el precio del petróleo es el gran dinamizador de los resultados, y si bien en promedio bordeó los 100 dólares por barril y sin duda ayudó, este no fue el único responsable: mientras el precio subió 38 %, las utilidades aumentaron ciento por ciento, en medio de una mayor producción, más eficiencias y mejores resultados operativos.
Las cifras muestran una dinámica en un mercado creciente, para un año como el anterior, caracterizado por mayor demanda internacional, presiones por el conflicto entre Rusia y Ucrania y la normalización de las economías tras el duro golpe de la pandemia.
Pero llegó la hora del ajuste. Para 2023 se espera una desaceleración profunda en la economía global que afectará la demanda de crudo y que se ha visto reflejada en la caída en los precios, que ya se sitúa apenas por debajo de los 80 dólares.
Y, precisamente, esta coyuntura aparece en momentos de un intenso debate en el país alrededor de la velocidad de la transición energética de Colombia, en la que Ecopetrol será uno de los más importantes jugadores, pero con un escenario de reservas, tanto de petróleo como de gas, que no superan los ocho años en el país.
En el corto plazo, el panorama muestra un sector petrolero como gran protagonista de la economía global.
Para Ricardo Roa, presidente de Ecopetrol, aún hay una demanda importante por combustibles líquidos en el país, sigue registrándose crecimiento en la producción de crudo –que está por encima de los 720.000 barriles por día–, se mantiene el incremento en la transformación de ese crudo en gasolinas y combustibles para el mercado, con picos de 437.000 barriles por día de transformación y de carga en las refinerías de Barrancabermeja y de Cartagena. “Y vamos a seguir invirtiendo cerca de 6.000 millones de dólares al año, para ampliar esa expectativa de búsqueda que tenemos en el marco de los contratos vigentes para exploración. Y en los contratos de producción que tenemos existentes, hemos estado acelerando los recursos para incrementar reservas de crudo y gas, donde se sustenta la valoración de una compañía con base en el negocio tradicional de la exploración y la transformación del crudo y el gas en combustibles de los que utilizan finalmente los usuarios”, dice Roa.
En el panorama de reservas de cara a la transición energética, Ecopetrol –como grupo– anunció una disponibilidad en gas cercana a los 8,8 años y en crudo de unos 8,2 años. “Hemos subido el año anterior unos recursos contingentes y este año estamos poniéndoles el acelerador para que migren hacia lo que se llaman reservas. En esa medida, vamos a ir incorporando en el portafolio la existencia de reservas para garantizar la seguridad del abastecimiento energético al país”, agrega Roa.
Y frente al debate que se ha suscitado en torno a la necesidad de más exploración y nuevos contratos para buscar gas y petróleo, Roa tiene una posición: “La decisión de que existan nuevos contratos es del Gobierno nacional en la confluencia que hagan los análisis de los ministerios de Hacienda, Minas y Energía y la Agencia Nacional de Hidrocarburos. Mientras no haya una señal nueva, distinta a la actual, nos corresponde a nosotros aprovechar los contratos vigentes que tenemos. Hablo de prácticamente 48 contratos que tenemos activos en exploración, también contamos con 30 contratos en producción dentro de los que estamos siendo capaces de encontrar e identificar nuevos hallazgos y reservas importantes de crudos con unas características claves en términos de la calidad y también muy económicas, porque están siendo encontrados donde existen ya las facilidades para la extracción”, explica el presidente de la compañía.
Ante las preocupaciones en materia de gas, Roa asegura que han centrado su expectativa en el desarrollo de los recursos contingentes que se han identificado en la costa Caribe, en donde se pueden encontrar entre 3,3 y 5,4 terapiés cúbicos de gas. “El gran reto es desarrollarlos con una madurez muy rápida”, añade. Aunque se estima que podría haber cuellos de botella en materia de gas entre 2026 y 2027, su objetivo es acelerar los tiempos para colocar esos recursos en el mercado. “Históricamente, estos recursos han tenido un proceso de maduración hasta su extracción y colocación de 10 a 12 años en el petróleo. Obviamente es un promedio porque hay campos y pozos que tienen unos tiempos menores y otros cuyos periodos son mayores, pero nuestra gran apuesta y el gran reto que tenemos es hacer esa colocación en reservas P1, P2 y P3 en períodos no mayores a cinco o a siete años”, señala.
Además, en relación con el controvertido ‘fracking’, Ecopetrol seguirá con la inversión en el golfo de México, que se ha convertido en uno de sus principales pozos. “Lo que se está haciendo bien y es rentable hay que cuidarlo y protegerlo, como el negocio tradicional de Ecopetrol sustentado en el petróleo y el gas”, dice Roa, quien agrega, sin embargo, que por ahora no habrá nuevas operaciones de fracking fuera de Colombia, ni en el país.
Modo transición
Mientras la agenda en petróleo y gas avanza, Roa señala que se sigue consolidando la estrategia de Ecopetrol en su proceso de transición energética. Para él, la incorporación de Interconexión Eléctrica S. A. (ISA) en el portafolio de la estatal petrolera es clave. “Es una inversión que nos permite tener unos recursos no solamente ligados a un commodity y al valor del crudo en el mercado internacional, sino que ya son ingresos regulados de largo tiempo, dolarizados y estables. De modo que hay una transición ya hacia una nueva búsqueda del portafolio de generación de riqueza económica sustentada en un negocio distinto al tradicional del petróleo y el gas. Por eso, ISA se vuelve el gran referente y hacia 2040 se espera que el aporte que hagan sus activos alcance cerca de 26 %, para que, sumado con los negocios de bajas emisiones, llegue a un ebitda del 40 % del total del negocio de Ecopetrol hacia el año 2040”, explica Roa. Además, para ese año, se espera que el negocio tradicional de Ecopetrol pese el 50 %, mientras que el resto de riqueza de la hoy petrolera esté sustentado en los negocios de transmisión de ISA –que tiene vías, tecnología y transmisión de electricidad– y en los negocios de bajas emisiones.
Los proyectos en la transición, dice Roa, están claros: el primero, es la eficiencia energética, en la que Ecopetrol tiene un parque de generación térmica de 1.300 megavatios, en el cual se puede hacer una reconversión tecnológica hacia los combustibles de la transición: hidrógeno verde e hidrógeno azul. También hay una gran apuesta en la incorporación de tecnología propia para ahorrar en el consumo interno de energía de Ecopetrol cerca de 15 a 20 %.
La siguiente fase corresponde a los negocios de bajas emisiones, en el que están incorporados proyectos de energías renovables, en los que Ecopetrol ya tiene instalados 208 megavatios en fuentes como sol, viento y maremotricia hidroeléctrica. “La idea es, hacia 2025, estar alcanzando unos 900 megavatios de capacidad adicional instalada en nuestras fuentes de producción y transformación. Prácticamente en las refinerías y en la zona de La Guajira, proyectos que son los insumos básicos para la producción a través de la electrólisis de hidrógeno y amonia verdes”, explica Roa.
Hacia el largo plazo, en los planes de Ecopetrol está la incorporación de entre 3 y 4 gigavatios a 2040. “Eso es prácticamente lo que hoy representa el 25 % de la capacidad instalada en el país de generación con energías renovables, pero no solo para nuestro autoabastecimiento en nuestros sitios de producción, sino también para que desde estas fuentes se generen las producciones importantes de hidrógeno verde que estamos esperando en 2040, al menos un millón de toneladas, y de amonia verde que estamos pensando en un gran proyecto con el cual producir cerca de 400.000 toneladas al año”, señala Roa, quien agrega que el gran conector de estos proyectos es ISA, que además seguirá participando del negocio de transmisión de energía.
Sin embargo, la ley y la regulación no permiten, hoy por hoy, la integración de los negocios de transmisión y generación de energía, situación que podría limitar la expansión de Ecopetrol, aunque se buscan mecanismos desde el Congreso para eliminar esta restricción.
“Creo que la autonomía y la autogeneración que tiene de capacidad instalada Ecopetrol, así como su expectativa y proyección de crecimiento asociado a la producción de energías de la transición energética sustentadas en el hidrógeno verde y el hidrógeno azul, muestran una capacidad importante y suficiente para que desde Ecopetrol se generen esos nuevos proyectos y se desarrollen esas iniciativas no sustentadas en petróleo y gas, sino a partir de energías de la transición como el sol y el viento”, advierte Roa.