Pese a las dificultades que generó la pandemia a la economía del país, Gran Colombia Gold cerró un buen 2020 y su producción alcanzó sus metas por quinto año consecutivo. Durante el año anterior, la compañía logró una producción de oro de 220.194 onzas, resultado que estuvo dentro del rango esperado: entre 218.000 y 226.000. Eso sí, en 2019 produjo 239.991 onzas de oro.
Por el lado de los ingresos, estos llegaron a 99,7 millones de dólares en el cuarto trimestre de 2020, lo que evidenció un aumento de 13 por ciento frente al mismo periodo de 2019. En el consolidado del año sus ingresos alcanzaron una cifra récord de 390,9 millones de dólares, dato que refleja un aumento del 20 por ciento en comparación con la vigencia anterior. Este incremento se explica principalmente por el alza en los precios del oro que se presentó durante buena parte del año anterior.
El ebitda ajustado alcanzó también un récord: 187,8 millones de dólares, con un aumento del 28 por ciento frente a 2019.Lombardo Paredes, chief executive officer de Gran Colombia Gold, destaca estos resultados en medio de un año atípico. No fue nada fácil lograr 95 por ciento de la producción proyectada en medio de una de las crisis económicas y sanitarias más graves de los últimos años.
La estrategia consistió en mejorar la comunicación con la comunidad, con los gobiernos locales y con varias cooperativas para garantizar la continuidad de la producción.
Pero esto no fue fácil. En marzo del año pasado, cuando se impusieron las primeras restricciones en el país para bajar la velocidad de los contagios, vivieron momentos de mucha confusión e incertidumbre, a tal punto que en ese mes su producción se redujo en 50 por ciento.
Sin embargo, la buena comunicación y coordinación con sus trabajadores y grupos de interés permitió darle un viraje a la situación y para abril la producción se recuperó en más de 75 por ciento.
Los bloqueos, sin duda, generaron dificultades para Gran Colombia Gold, sobre todo porque en Segovia y Remedios, municipios en donde tiene sus operaciones, la economía depende en buena medida de los impuestos y de los empleos que genera esta compañía, tanto directos como indirectos. Este esfuerzo emprendido por todo el equipo permitió mantener los puestos de trabajo y generar casi 100 nuevos. En total, el año pasado tenían unos 4.494 empleados entre directos e indirectos.
Aunque había bastante incertidumbre, desde el primer momento la compañía se enfocó en desarrollar programas que permitieran, en primer lugar, mantener el empleo y segundo, ayudar a las comunidades a sobrellevar los devastadores efectos sociales y económicos que generaron las cuarentenas decretadas en la pandemia.
La compañía comenzó distribuyendo unas dos toneladas de alimentos cada dos semanas y aplicó pruebas de antígeno y PCR en sus zonas de influencia para identificar posibles cadenas de contagio del virus.
Paredes destaca que Gran Colombia Gold sabe que el compromiso social y ambiental es la clave para transferir beneficios a las comunidades y generar un ambiente en el que todos ganen. Por esto, invirtió en 2020 más de 32.000 millones de pesos en distintas iniciativas.
Para hacerle frente a la crisis sanitaria, por ejemplo, la compañía donó más de 10.000 elementos de bioseguridad a entidades públicas de su zona de influencia. También participó en la remodelación del Hospital San Vicente de Paúl de Remedios y donó un equipo de rayos X. En total, más de 100.000 habitantes del nordeste antioqueño se beneficiaron con estas mejoras en materia de salud.
La cifra: 20 por ciento fue el aumento de los ingresos de la compañía con respecto a 2019.
En el frente de la educación, la empresa destinó más de 7.000 millones de pesos en varias obras de infraestructura, entre las que se destacan la construcción del Centro Tecnológico Minero Agroempresarial, la finalización de la construcción del edificio de bachillerato del Gimnasio La Salada y la remodelación del Centro de Desarrollo Infantil El Manzanillo de Segovia, entre otras.
Además, apoyó distintos tipos de becas por medio de su fundación Gran Colombia Gold para la Niñez y la Juventud, implementó escuelas de padres con Red PaPaz y benefició a más de 860 niños con su programa Fútbol por la Paz.
Por otro lado, siguió impulsando la formalización minera con uno de los proyectos más grandes y ambiciosos de Colombia en esta materia. Hoy, esta compañía minera tiene un total de 57 contratos vigentes con Unidades de Pequeña Minería, y por medio de estos evita que se expongan unas 130 toneladas de mercurio al medioambiente.
Durante 2020, estas Unidades de Pequeña Minería formalizada produjeron 88.719 onzas de oro; es decir, 15 por ciento de la producción total y en el marco de este proceso de formalización, el Sena ha capacitado a más de 4.900 mineros para mejorar temas de productividad y buenas prácticas mineras.
El CEO explica que precisamente fue esa relación estrecha de trabajo con la comunidad lo que permitió que la producción siguiera adelante y se mantuvieran los puestos de trabajo, pues gracias al apoyo de las autoridades locales nunca se limitó el acceso de los trabajadores.
En la compañía creen que el licenciamiento social es uno de los activos más importantes para desarrollar la actividad minera de manera exitosa en el país.
“El 2020 ratificó lo que ya creía: la integración con las comunidades es lo más importante para garantizar el éxito de una compañía en el territorio. En 2014 la relación de esta compañía con las comunidades no era la mejor, tuvimos muchos inconvenientes, pero desde 2017 hemos establecido una relación que nos ha permitido alcanzar los logros que nos propusimos”, dice Paredes.
En materia de impuestos, Gran Colombia Gold le dejó al país más de 11 millones de dólares: 1,08 millones por concepto de regalías y 10,8 millones por impuestos al oro. Este año empezó con buena estrella para la minera. En el primer trimestre sus ingresos consolidados llegaron a los 101,9 millones de dólares. Además, hace pocos días se conoció la compra de la compañía Gold X.
Con la adquisición de esta nueva subsidiaria, la minera se hizo al 100 por ciento del control del proyecto de Toramaru, en Guyana, y se espera que invierta más de 340 millones de dólares para producir cerca de 160.000 onzas al año.
Paredes explica que el país tiene un potencial importante en lo que a minerales metálicos se refiere y confía en que con el nuevo modelo que piensa implementar el Ministerio de Minas y Energía se den las condiciones para que la inversión aumente y Colombia pueda incrementar el número de proyectos, sin que esto signifique que se pongan en riesgo los estándares en materia social y ambiental.
Gracias a su experiencia, Gran Colombia Gold es optimista y tiene grandes expectativas frente a las rondas mineras que lidera el MinMinas. Esta entidad ofertará contratos especiales de exploración y explotación con gran potencial para cobre y polimetálicos.
Sin embargo, espera que los procesos que deben surtir para empezar un nuevo proyecto minero en el país, sobre todo la licencia, sean más ágiles y expeditos, como ocurre en otros países como Perú y Chile. En Colombia, estos trámites pueden tardar años. Consolidar más proyectos constituye una palanca para la reactivación y el desarrollo económico, en tiempos tan complicados de crisis como los que atraviesa el país. Así que resolver este tema sería definitivo para la recuperación productiva.
Paredes afirma que Colombia es un país megadiverso, en el que hay mucho talento y gente competente. “Lo tenemos todo, y si la sociedad logra beneficios de los recursos que provee la minería sería el mejor de los escenarios”. Ese es el sueño dorado de todo el país.