Las micro, medianas y pequeñas en el país no logran recomponer el buen ritmo que traían desde la pandemia y se vio afectado este año, por culpa de factores como la inflación y la crisis de exportaciones desatadas por los confinamientos en China y la guerra en Ucrania; además de la coyuntura económica que enfrenta el país por cuenta de la reforma tributaria que cursa en el Congreso de la República.
Esta realidad se evidencia en los resultados de la Encuesta de Desempeño Empresarial – EDE, realizada por el Observatorio MiPyme de la Asociación Colombiana de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Acopi), según los cuales, el desempeño de este sector empresarial no fue el mejor durante el segundo trimestre del 2022.
En primer lugar, al indagar a los empresarios encuestados sobre el nivel de producción de bienes y/o servicios que presentaron en el segundo trimestre del presente año, el 44,6 % mencionó que este indicador disminuyó, el 39,6 % se mantuvo y para el 15,7 % aumentó.
Rosmery Castro, presidente nacional de Acopi, agregó que frente al volumen de ventas presentado en el trimestre estudiado, el 53 % de los consultados aseveró que este indicador disminuyó, el 28,9 % manifestó que se mantuvo y para el 18,1 % aumentó. Al comparar este indicador con el primer trimestre del año en curso, se presentó un aumento de 10,7pp frente a las empresas que manifestaron que el nivel de ventas disminuyó, pasando de 42,3 % a 53 %.
“Al analizar los meses abril, mayo y junio del presente año, según el 44,4 % de los empresarios encuestados perteneciente al segmento de las MiPymes, manifestaron que la cuota de mercado disminuyó, el 43 % asevera que se mantuvo y tan solo el 12,6 % afirmó que aumentó”, agregó Castro.
Por otra parte, para conocer el impacto del nivel de inversión realizada en el segundo trimestre de 2022 a través de la Encuesta de Desempeño Empresarial, se les consultó a los empresarios cómo fue el comportamiento del indicador en mención, a lo que el 56,7 % manifestó que estas disminuyeron con respecto al trimestre anterior; asimismo, el 34,9 % se mantuvo y el 8,4 % aumentó.
La rentabilidad en el segundo trimestre de 2022 según el 6,6 % aumentó, mientras que para el 33,6 % se mantuvo y para el 59,8 % disminuyó. Teniendo en cuenta la disminución de este indicador, resulta preocupante, ya que para el trimestre anterior fue de 53,7 %, es decir un aumento de 6,1pp. Lo anterior, se traduce en que los empresarios cada día reciben menos beneficios financieros al momento de realizar las inversiones.
Así las cosas, queda claro que por ahora el ambiente entre los propietarios y administradores de este tipo de empresas no es para nada alentador y que, conforme pasa el tiempo, queda claro que no la están pasando bien y según a vocera de Acopi, se necesitan acciones urgentes por parte del Gobierno Nacional.
“Acá también vale la pena destacar que el empleo fue uno de los principales indicadores que se vio afectado por la pandemia generada por el COVID-19. En este sentido, por medio de esta encuesta, el 42,3 % de los empresarios encuestados manifestó que la generación de empleo disminuyó, el 44,4 % se mantuvo y el 13,4 % aumentó”, dijo Rosmery Castro.
Una dura advertencia con las tarifas de energía
En medio de la presentación de estos resultados, la Asociación Colombiana de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas hizo un llamado al Gobierno Nacional para que preste mucha atención a la situación que se viene dando en el país con las tarifas de energía y el impacto que esto está generando en la ya disparada inflación.
“Dentro de los primeros ocho meses del año y en medio de una alta inflación, el precio de la energía eléctrica acumuló una variación anual del 25,8 % a nivel nacional, y, con un caso atípico, del 44,4 % para Barranquilla. Pocas instituciones han medido el impacto que puede generar el incremento en la tarifa de energía sobre los niveles de pobreza existentes en el país y, en particular, en regiones como el caribe, donde aproximadamente el 46 % de los hogares en esta región pertenecen a la clase pobre.”, dijo la presidente de Acopi.
Este gremio citó cifras de Fundesarrollo, según las cuales el alza en la tarifa de energía tiene un efecto negativo sobre la pobreza monetaria en el país. Los resultados de su estudio sugieren que existe una reducción en el ingreso per cápita de los hogares, incidiendo significativamente en un 1,41 % para las personas en condición de pobreza, incluso por encima del nivel nacional (0,95 %).
“Frente a este impacto, desde ACOPI hacemos un llamado para generar estrategias que hagan frente a esta problemática que afecta la competitividad del país y, por consiguiente, de las empresas. Sugerimos al Gobierno Nacional revisar y asumir los costos por pérdidas o ejercer renegociaciones con las empresas privadas que proveen el servicio eléctrico; puesto que, de ninguna manera, la tarifa de energía eléctrica debe seguir recayendo sobre los hogares y empresas”, concluyó Rosmery Castro.